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Foto del escritorLuz Marcela Vera

Padre Mario Rojas - A la sombra de sus manos somos una nación independiente

Actualizado: 18 dic 2020

En este domingo, quizá como en mucho nosotros, la llama de una veladora se contonea al capricho del viento con olor de rosas. Bellezas aterciopeladas hacen guardia a una imagen de la Virgen de Guadalupe, que se expone en el recinto donde el padre Mario Rojas, conocedor de la lengua náhuatl y estudioso del acontecimiento guadalupano, propaga la veneración a esta imagen.


UN DIOS ESPIRITU PURO

Este mediodía, el padre Rojas me explica, con mucha calma, todo lo referente a la reina de los mexicanos.

"Fue en la diócesis de Huejutla Hidalgo (gran parte de los habitantes de la diócesis pertenecen a la cultural náhuatl), donde tuve el deseo de estudiar esta lengua y su relación con el prodigio guadalupano".

-me dice con voz afectada por las sucesivas conferencias que ha impartido, mientras nos acomodamos en las sillas de una gran mesa.

LM.- Yo creo que el proyecto de los españoles de sustituir una cultura por otra, de reemplazar el politeísmo que prevalecía entre los indígenas por un catolicismo español del siglo XVI, fue lo que ocasionó la aparición guadalupana...

PR.- (Carraspeó). Creo que es una opinión muy compleja. Vamos a tratar de desmembrarla.

Cuando los españoles llegan a México y tratan de propagar la religión católica, el indígena estaba sumamente arraigado a su culto politeísta. Los conquistadores venían con ánimo de enriquecerse a como diera lugar y de echarles el caballo encima a los indígenas, pero los misioneros venían dando su vida y venían por amor de Dios.

Ellos mismos, como todo hijo de Dios, eran hombres limitados, y además de su entrega traían los prejuicios propios de su tiempo y de su estirpe. Se habían sacudido el yugo de los moros. Y al llegar aquí quieren quitar la antigua religión para implantar la cristiana. Y eso no era posible. (Carraspeo).

Aquí tenemos que afinar muchos conceptos que desdichadamente cunden en nuestro pueblo mexicano. En primer lugar, el prehispánico no era politeísta.

LM.- ¡¡¡…

PR.- Habían llegado al reconocimiento de un solo Dios, de un verdadero Dios. El mismo fray Bernardino Sahagún, que es uno de los salvadores de la cultura prehispánica, le escribe al Papa Pío Y una carta en la que dice que los misioneros han descubierto la creencia de los indígenas en un Dios-espíritu-puro, creador y gobernador de todas las cosas y al cual le atribuían toda sabiduría, toda belleza y toda bienaventuranza.

Lo característico de esta religión prehispánica, común a tarascos, otomíes, mayas, etc., es la dualidad de la Divinidad. O sea, es un único Dios, pero en él hay dos aspectos: es padre y es madre. Tiene un aspecto femenino y otro masculino. No es que sea bisexual, sino que es el único origen de todos los vivientes, de tal suerte que, por ejemplo, nuestra venerada madre no es una diosa, es el aspecto femenino de Dios. Eso es lo que no pudieron captar los españoles. La religión entre los indígenas no era, como para los pueblos europeos, un parche, una zona adicional a la vida doméstica, a la profesión, a las diversiones. No, para aquella gente todo era religioso: guerra, paz, ciencia, diversiones, familia, niñez, juventud, vejez.

LM.- Pero esa vida tan religiosa que tenían, al contacto con la de los españoles, dio lugar a una religión híbrida...

PR.- No, no es eso. En primer lugar, los misioneros no iban a poder destruir una religión para implantar otra, porque destruir una religión en donde todo era religioso, era una destrucción universal, y no era eso lo que querían los españoles.

LM.- ¿Entonces por qué la destrucción de tantos templos, de tantos ídolos...?

PR.- (Carraspeo). Fue un error táctico, un error humano, un error de personas que venían con la palabra de Dios, pero con un prejuicio enorme. La aparición de la Santísima Virgen de Guadalupe viene a subsanar ese error. La intervención de Dios por medio de ese acontecimiento salta las barreras de la buena y de la mala fe, tanto de los misioneros como de los encomenderos.

LAS CUATRO APARICIONES DEL TEPEYAC

Dejando al cielo su tono azul el sol sigue dorando tras haberse escondido en lo alto, en los grandes espacios... Mientras a la voz del padre Mario Rojas se suman sus manos, chicas, que se mueven constantemente, cuando relata:

"La aparición de la Santísima Virgen abarca cuatro días, desde el 9 de diciembre de 1531 al 12 de diciembre del mismo año. Los cuatro días significan una totalidad universal, porque cada día iba siendo dedicado a uno de los puntos cardinales del mundo... La primera aparición es muy de mañana, al comenzar a subir Juan Diego lo que hoy es el Cerrito del Tepeyac, porque el Tepeyac es la punta de una cordillera, y eso es lo que significa la palabra: punta de los cerros. El ordinariamente viene de San Cristóbal Ecatepec, pues era de Cuautitlán, pero vivía en Toltetlán, y necesitaba subir al Tepeyac para tomar lo que ahora, es la Calzada de los Misterios, que unía la ciudad de México con el norte -por tierra firme. En el primer encuentro, la Santísima Virgen le pregunta a dónde va, y él contesta: "Mi Señora Reina, muchachita mía, allá llegaré a tu casita de México-Tlatelolco a pedir las cosas de Dios que nos enseñan las imágenes de Nuestro Señor...".

Y, si traducimos literalmente el saludo de la Virgen en lengua náhuatl, se presenta así: "Yo soy la madre del verdadero Dios.

Quiero una casita sagrada donde lo mostraré, lo ensalzaré y lo daré a las gentes con todo mi amor personal. Quiero aquí un recinto sagrado. Anda, dile al Obispo de mi parte... " El centro es Cristo.

Ella es colaboradora.

LM.- Padre, ¿por qué se escoge a un individuo como Juan Diego. ¿Una persona sin cultura, que inclusive no sabía el castellano?

PR-· Sin cultura occidental aclara-. Es como una táctica de Dios. No escoge a los potentados, escoge gente común y corriente...

(carraspea). Actualmente el Cardenal Arzobispo de México Corripio Ahumada, hizo la solicitud de la canonización de Juan Diego, porque ahí en lo que actualmente es su jurisdicción vivió y murió Juan Diego, Es un proceso que va avanzando con mucha rapidez, gracias a Dios. Estamos ahorita esperando una síntesis del proceso, que tiene más de tres mil páginas, para que lo estudien las comisiones de cardenales, de historiadores y de teólogos.

LM·- ¿En qué se basa una causa de canonización?

PR.- En testimonios históricos, porque testigos de vista va después

de 400 años, es imposible tenerlos. Se tiene que recurrir al testimonio escrito, tanto de los hechos de su vida, como de su fama de santidad. Se sabe que cuando fue bautizado tenía 50 años, en 1524. La Santísima Virgen se le aparece cuando tiene 57 años y vive diecisiete años más al servicio de la Virgen; barre la permita, es el sacristán y es el evangelizador número uno.

UNA MUJER GRÁVIDA QUE LLEVA DENTRO AL NIÑO-SOL

De un tubo largo el padre Rojas saca y desenrolla una copia a escala original de la Virgen de Guadalupe donde puedo apreciar todos los detalles, colores y trazos. "La imagen -comienza el padre- es cristocéntrica a todas luces.

La virgen no aparece robando cámara a Cristo, sino dejándole todo su lugar. La virgen es una mujer grávida, a punto de dar a luz, porque lleva dentro -apunta-al Niño Sol, que viene a alumbrar estas regiones ".

LM.- ¿El nombre de Guadalupe de dónde proviene?

PR.- El nombre de Guadalupe se lo dijo la Santísima Virgen al tío de Juan Diego. Para los indios, esta palabra designa a la que proviene de la región de la luz, la que viene del Oriente, como el sol, por el hecho de que estaba pintada con los colores del cosmos-y me señala sobre la obra los colores referidos-, porque, así como los días van correspondiendo a un rumbo del universo, también a cada rumbo corresponde un color. El rojo es el oriente, el negro es el norte, el blanco es el poniente y el azul es el sur. Por ese mismo hecho de verla así, entendían que era la Reina del Universo.

LM.- Padre, ¿en qué condiciones se encuentra actualmente el ayate en el que quedó plasmada la imagen de la Virgen?

PR.- Pues una de las cosas inexplicables para la ciencia, es precisamente la conservación de este en condiciones totalmente adversas, como por ejemplo el haber estado expuesto más de cien año sin vidrio, sin resguardo respecto al salitre y al humo de los millones de veladores que se encendieron durante ese tiempo. El ayate está actualmente en el altar mayor de la Basílica de Guadalupe.

GUADALUPANOS AL 105%

Parándose, el padre Mario se amarra una pieza de un material tejido con un nudo al cuello.

Este es burdo, fibroso, seco, sin color y unido en medio por una costura queloide.

"El ayate, dice, es una vestidura que se usaba ordinariamente para caminar, y para realizar ciertos trabajos como cargar cosas. Es de una tela sumamente seca, de modo que su duración es muy breve, aproximadamente de veinte años, y no sirve para pintar, porque por su sequedad la pintura se expande, de manera que se desfigura lo que pintas. Un ayate siempre es de dos piezas. Así es el ayate de Juan Diego. Los colores de la imagen de la Virgen son cambiantes, conforme a la diversa intensidad de la luz. Y hay otra cosa también increíble. De cerca, se ven muertos los colores, como un oleó viejo, pero si te vas alejando, los colores se ven otra vez vivos y brillantes. Esto es lo que ha maravillado incluso a pintores. Se ha analizado la pintura del ayate incluso a un alemán, Premio Nobel de Química, se le mandaron unas fibras para su análisis, y dijo que no hay pigmento ni colorante, ni de orden vegetal ni animal ni mineral. Es decir, no hay lo que normalmente nosotros necesitamos para percibir la pintura.

Es un fenómeno muy especial que está aguardando muchos estudios.

Ya para terminar el padre Mario Rojas me platica una anécdota sobre qué tan guadalupanos son los mexicanos: "El Papa contó de Jalisco, ante la televisión, que un Señor le había dicho: "Aquí en México los católicos son el 95%, y los guadalupanos el 100%. Ahora ya la gente dice que son el 105%, por razón de la inflación". Y sonriendo, ya en la despedida, recalca convencido: "Aquí está nuestro nacimiento mestizo, y en la guerra de Independencia ella fue la bandera, y a la sombra de sus manos somos una nación independiente... Ella es la Virgen de Guadalupe.

25 Septiembre/1988

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