Manu Dombierer - Cambiando sin cambiar
Actualizado: 20 ene 2021
Manú Dombierer nació en la ciudad de México, de padre suizo y madre mexicana de origen francés, En 1973 ingresó a la página editorial de Novedades, y en empezó a escribir para Excelsior.
También ha escrito para la revista Kena y Siempre. Ha publicado dos libros de cientos: La Grieta y Sonrío, luego existo y dos libros periodísticos: Satíricos y Ave, César.
LM.- Manú, ¿Cómo combina su trabajo con su vida familiar?
MD.- Escribir es un trabajo en cierto sentido muy femenino. No en el sentido tradicional de la palabra, sino que es un trabajo que se amolda muy bien a la familiar. Yo trabajo en mi casa, desde que mis hijos eran chicos. Mi trabajo no me desliga de mi familia.
Toda mujer que escribe necesita un cuarto para ella sola. Es decir, un lugar donde concentrarse. No se puede atender una familia y estar escribiendo.
Afortunadamente, debo decirlo he tenido unas colaboradoras extraordinarias, que me han ayudado con la casa mientras yo escribía.
De jeans y tenis blancos, Manú cruza sus piernas, concentrándose en el tema de las mujeres:
"Las mujeres somos, hasta cierto punto, bastante solitarias. Porque el marido se va al trabajo, los hijos se van a la escuela, y nosotros tenemos mucho tiempo para pensar, para leer. Tenemos ese tiempo, esa soledad maravillosa para escribir... En lo personal, yo no tendría vocación para hacer comentarios sobre cocina, además que yo no sé cocinar... Pero, en fin, a cada quien le da por lo que le da. A mí me da por la política. Me lanzo al fondo de las cosas y no me ando por las ramas.
No tengo, por desgracia, mucha facilidad para la diplomacia. (Reímos)…
Volviendo al tema de la mujer, y creo que está muy consciente ya que su destino no es ser sólo esposa y madre. Es maravilloso ser esposa y madre, pero no es lo único que hay en la vida. Las mujeres actuales de México no estamos atrasadas. Desde luego, estoy hablando de ciertos medios sociales. Las mujeres urbanas podemos fácilmente romper con ciertos moldes.
Actualmente la mujer mexicana, ya se ve mucho como un ser individual, que tiende a una realización personal. La mujer mexicana ha adelantado muchísimo en materia de libertad, de su libertad".
MÉXICO-TENOCHTITLAN
Una charola con dos tazas de café nos permite abordar el tema político.
LM.- ¿Qué piensa de la situación política del México actual?
MD.- Bueno, creo que después de tres gobiernos siniestros que nos han llevado a una crisis que padecemos todos, pero sobre todo la gente que menos tiene, si el actual gobierno no hace algo realmente profundo para cambiar al país, para transformar una serie de estructuras, pues México va a quedar borrado del mapa, prácticamente. Yo creo que Salinas es un hombre muy hábil, inteligente, pero no es sincero ni profundo en sus cambios. Él tiene también una rémora terrible en las estructuras priistas; está en el poder por el PRI, y no de muy buena manera. En esta ciudad inmensa de México ganó, y esto fue reconocido por el mismo PRI. Es un presidente de facto. Se enojan mucho cuando se les dice esto, pero es la verdad. Desde mi punto de vista, sin embargo, Salinas es hombre hábil que ha tomado determinadas medidas espectaculares y atinadas, pero no profundas. Y aunque tuviera la voluntad de un cambio profundo, radical, no lo podría hacer por las estructuras de nuestro sistema político, por todo ese peso de un partido absolutamente dictatorial que nos ha gobernado durante sesenta años. Yo creo que su política será acertada en la medida en que no pierda la cabeza como la pierden todos -porque el poder de los presidentes mexicanos es absoluto, es absurdo, monárquico-, en la medida en que no pierda la brújula que no se sienta el rey Midas, como López Portillo o Echeverría, viajando por el mundo y tirando nuestro dinero. O, como el otro, De la Madrid, que fue peor, porque fue un hipócrita, un tipo que mantuvo la situación muy relativa con una gran corrupción dentro de su gobierno. Fue un hombre mediocre con muy poca visión futura. Salinas tiene mucha más visión del mundo, aunque uno es el heredero del otro, y el otro del otro. Lo que más le reprocharía es que haga cosas para hacer ver que está cambiando, sin cambiar. Mire a principios de siglo, Porfirio Díaz decía que México no estaba listo para la democracia, y a fines del siglo estas gentes siguen diciendo lo mismo. Yo creo que los mexicanos somos adultos, y debemos ya poner los pies en un terreno absolutamente democrático.
Quién iba a pensar que en menos de un año esa estructura pesadísima que era la estructura rusista de Europa del Este, se viniera abajo en esa forma tan total, y aquí en el Distrito Federal no podemos elegir a nuestro alcalde, a nuestro Gobernador. Se impone al que es amigo del presidente en turno. El centralismo es una corrupción porque no quiere soltar nada de poder. Todo desde el centro. Aquí es la ciudad de México-Tenochtitlán, aquí todo. El poder total. El hecho que el gobierno federal esté en la dudad de México es nefasto. Podría estar en cualquier otro lado. Esto se ha dado en muchos países. En el mismo México, esta ciudad no siempre fue la capital. Si el gobierno federal se desmembrara un poco, si la Secretaría de Marina se fuera a Veracruz, si la de agricultura se fuera al Bajío, si no estuvieran metidas aquí todas estas gentes y las tantas que dependen de ellas, se respiraría.
LM.- ¿Y conoce usted los riesgos que conllevan sus opiniones?
MD.- Claro, claro, los conozco. Una vez me mandaron un balazo aquí. - Se para para señalar el lugar del orificio -. Realmente debo decir que fuera de eso no he sido objeto de intimidaciones.
Hay muchos compañeros que han sido asesinados, pero yo tengo la impresión de que eso no me va a pasar a mí nunca. No creo que sea lo suficientemente importante para que alguien sé moleste en matarme. (Ríe abiertamente).
LM.- ¿Nunca le atrajo buscar algún puesto público, Manú?
MD.- No, para nada. Con mi nombre, ¡Imagínese usted! Yo estoy del otro lado de la barrera. Yo no quiero pertenecer a la burocracia. Es una clase que repugna en general, no sólo en México sino en el mundo entero. Creo, simplificando las cosas, que unos son los que gobiernan y mandan y explotan, y otros son los que obedecen.
Esa burocracia del mundo entero, que es el PRI aquí o el Partido Comunista en la Unión Soviética, o el Partido Republicano en Estados Unidos, son gente que lo que quieren es tener poder.
ENAMORAMIENTO ESTUPIDIZANTE
LM.- ¿Y aparte de escribir qué hace?
MD.- Bueno, viajo mucho, a veces por placer. Y también por el periodismo. Hice muchos viajes con Díaz Serrano, cuando era director de PEMEX. Yo iba como observadora de todo lo que pasaba en la situación del petróleo en el mundo. También me invitó López Portillo una vez a Cuba, pero cuando regresé y dije todas las tonterías que había hecho y dicho, pues quiero decirle que ya no me volvieron a invitar a esos viajes oficiales... (Reímos)
LM.- Señora, ¿cree usted que si hubiera seguido casada hubiera hecho lo mismo?
MD.- Yo creo que no. Yo me divorcié en el 71, y desde entonces he vivido sola.
He tenido muchos amigos, pero ya no podría estar casada porque voy y vengo para todos lados. Ya no puedo aceptar órdenes de nadie. Ya no podría vivir con otra persona, a menos que estuviera en ese estado de enamoramiento estupidizante que, nunca se sabe, puede llegar a cualquier edad...
LM.- Gracias Manú.
4 FEBRERO 1990
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