Eduardo Mata - El director maneja voluntades en lugar de cuerdas o teclas

Sí, ya sé que se llama Eduardo y no Cayetano.

Pero los dos producen deleite. Eduardo Mata, como uno de los más notables directores de orquesta surgidos en este país. Y San Cayetano Confesor, a quien fue dedicado el templo de La Valenciana en la ciudad de Guanajuato. La combinación de la mayéutica de la música dentro de un espacio bordado con encajes de piedra y un retablo fulgurante de oro, crearon un derroche de belleza que quedó registrado para siempre. Eso precisamente recordaba yo de la última aparición del maestro Eduardo Mata en nuestro Estado, mientras le esperaba para esta entrevista entre los jardines del hotel donde se alojó.

TODA INTERPRETACIÓN ES CREACIÓN

Eduardo Mata fue director de la Orquesta Sinfónica de Guadalajara y de la Filarmónica de la UNAM: Posteriormente, estuvo a cargo de la Orquesta de Phoenix.

Ejerció la titularidad de la Orquesta Sinfónica Nacional en 1975, y estuvo como consejero de la Opera de 1983 a 1985. Actualmente es titular de la Orquesta Sinfónica de Dallas, Texas. Esta mañana tibia, Mata se presentó, lógicamente, sin su elegante traje negro. Usaba una chamarra deportiva en azul marino sobre un pantalón color beige y una playera rayada en los mismos tonos, haciendo un buen conjunto. Acomodándose en una de las sillas del rincón del jardín, oliendo a fresco, Mata lleva su pelo gris peinado hacia atrás dejando descubierta una amplia frente que forma parte de fuertes y decididas facciones; nariz larga y recta, barba saliente y partida. Lo único que desconcierta es un hoyo en la mejilla izquierda que le hace más atractivo. Y su mirada clara, inteligente, que pide silenciosamente mis preguntas.

LM.- Maestro, cuando usted dirige una orquesta ¿sintoniza la razón con la emoción?

EM. -Me supongo que sí -contesta después que deja pasar unos segundos-. El proceso de montar una obra es muy objetivo. Cuando uno está dando indicaciones a los músicos, en realidad está implicando en ese proceso una serie de conceptos que ya tiene preconcebidos.

Este proceso en sí no tiene nada de magia. Lo que puede tener magia es la concepción de la interpretación. Durante el proceso mecánico de comunicación con los músicos que se lleva a efecto en los ensayos, yo lo único que hago es recordarles; más que el tiempo que es una cosa mecánica, el espíritu y la línea de las frases.

La música en ese sentido es como la poesía: tiene líneas y frases y atmósferas que uno está tratando de conseguir. Y éste es un trabajo muy frío que se lleva a cabo en los ensayos; aquí se toca más fuerte; aquí más piano; esta línea hay que llevarla del primero al tercer compás; aquí hay interrupciones; aquí hay respiración... Cosas de este tipo arman el total de la obra".

LM.- ¿Cómo se puede clasificar la dirección de orquesta? ¿Cómo un acto de creación o como uno de interpretación?

EM. - Toda interpretación es creación, no recreación. La partitura que tenemos frente a nosotros no es una pieza de música; es una serie de signos que nos permiten la creación de la obra en el tiempo.

La música no existe en el espacio, la música existe en el tiempo - inconscientemente, Mata mueve sus manos que también hablan-. cuando nos referimos a las sonatas de Mozart y a las sinfonías de Beethoven, estamos hablando de una entidad abstracta que no existe en el espacio, sino solamente en el tiempo. Entonces, por necesidad y por definición, todo proceso musical interpretativo es creativo, puesto que el texto es sólo un punto de referencia sumamente vago - y adelantándose un tiempo a la pregunta sobre la dificultad que se presenta al dirigir una orquesta, agrega con voz clara, firme, del que conoce: "Dirigir no es difícil cuando uno tiene algo que decir. El director no es diferente a un pianista o a un violinista. La única diferencia es que el director está manejando voluntades humanas, mientras que el violinista está manejando cuerdas y el pianista teclas. Desde este punto de vista, lo importante es hacer algo intrínsecamente valioso e interesante, con un mensaje estético de alto nivel, y con eso uno va a lograr comunicación.

Lo que puede ser difícil es la técnica utilizada para lograrlo. Eso si es difícil, porque supone la culminación de conocimientos que permiten resolver el problema de la sincronización rítmica con un mínimo de ensayos".

ABRIENDO PUERTAS

Eduardo Mata ha realizado giras por Australia, Canadá y Europa.

Ha dirigido, entre otras, la Sinfónica de Londres, la Filarmónica de Rotterdam, la Orquesta Sinfónica de Birmingham, la Orquesta de Cámara de Saint Paul en Minnesota y las Sinfónicas de Pittsburg y Atlanta.

LM.- Dígame, ¿Qué le ha dejado su experiencia como director de la Orquesta Sinfónica de Dallas?

EM. - Bueno, es un reto fascinante lo de la Orquesta de Dallas, por muchas razones. En primer lugar, porque es una orquesta que tiene que ser viable económicamente. Si yo no vendo todos los boletos de un concierto, no la hacemos. Pero no somos comercio, en definitiva; lo que vamos a ganar sirve para auto sustentarnos, no para lucrar. Toco la música contemporánea y la música de compositores jóvenes, pero la toco dosificadamente, porque si la toco masivamente ahuyento al público. Yo no pienso que al público hay que darle lo que pida. Eso es una falacia.

Somos nosotros los que estamos educados y entrenados para ir abriendo puertas para que el público se asome a otros mundos.

Eso es lo que yo he tratado de hacer en Dallas. Cuando ya llegué, había tres mil quinientos suscriptores en la orquesta, y ahorita hay veinticinco mil. Yo soy de la forma de pensar que la música viva es lo más importante en este mundo.

Yo no creo en la música sinfónica reproducida electrónicamente, pero también creo que debemos limitar la capacidad de los teatros y las salas de conciertos, a ese parámetro de intimidad que siempre debe existir para que el público esté participando casi tan activamente como el intérprete, y esté con el público, en un rejuego que no se da donde la intimidad se pierde...

UNO DE LOS TITANES DEL SIGLO XX

Mientras conversamos voy descubriendo que la manera de ser de Eduardo Mata tan natural es por esa tranquilidad que tiene consigo mismo, desarrollando lo que más le gusta, la música. La música y sus compositores. Carlos Chávez: "Chávez es uno de los titanes del siglo XX. Creo que la evaluación de este compositor está todavía pendiente, aunque en muchas partes del mundo empiezan a darse cuenta del calibre de su obra, pero todavía no ha trascendido en México y es una tristeza". Remarcando su constante sonrisa, agrega: "Carlos Chávez era un energúmeno-. Un hombre absolutamente vertical, fiel a sus principios. Era un fanático de la disciplina en todos sentidos. Que haya sido un gran propulsor de la música, es algo innegable. Su música es intrincada, árida, agresiva a veces y enormemente rica. En Chávez, se dan los elementos de lo que es realmente la personalidad de este país, desde lo indígena hasta lo criollo. Ahí está toda nuestra identidad nacional, empezando por la cosmovisión del mundo antiguo..."

-Al cruzar su pierna pensativo, asevera: "El gran problema que hay es la marginación de la música de concierto, opuesta a la música comercial, que es la que está dictando las corrientes principales de la actualidad. La capacidad de la atención de la gente está condicionada por la televisión. Lo que pasa que es mucho más fácil concentrarse en una canción que dura tres minutos, que en una obra musical que tiene complejidades armónicas formales, para las cuales el público requeriría tanto de una educación musical como de una actitud de apertura ante la experimentación estética... "

Con el color del césped recién bañado de sol. Del tapiz que han hecho las diferentes plantas sobre las paredes. Y de las flores que descienden del paraíso. Lejos de las salas de concierto y de las multitudes que le abordan, dejando a un lado los temas de rigor, platicando me despido escuchando los recuerdos de una música que continúa: Eduardo Mata.

11 Diciembre/1988