Monseñor Ulises Macias - El hombre nace para amar
Actualizado: 21 ene 2021
De constitución fuerte, bien parecido y con algunas canas en su pelo oscuro, Monseñor Ulises Macias Salcedo tiene a su cargo, a la edad de 44 años, la dirección espiritual del gobierno eclesiástico de Mexicali.
Esta mañana viste de negro, impecable. Sólo resalta un anillo de oro y una cruz pectoral con la escena del laboratorio de pies en relieve. La entrevista se realiza en casa de su madre. Y con la familiaridad solícita de siempre, preguntó: ¿Cómo te tengo que llamar? "¿Señor Obispo?".
UM.- Yo creo que el nombre es lo de menos. Mira, en la Diócesis fronteriza la gente es muy campechana, muy franca. Algunos me tutean, otros me dicen "padre obispo", y otros "padre". Total, que el titulo es lo de menos, lo importante es la integridad de uno.
- Comprendo que es el mismo Ulises de siempre.
CANCHAS DEPORTIVAS Y UNA ALBERCA
LM.- ¿Cómo fue que tornaste la decisión de ser sacerdote?
UM.- Estando en quinto de primaria en la Escuela Urbana 16, que se encuentra en Barrio Arriba, llegó un día el padre Sorita, salesiano, para hacer una colecta e invitar a los estudiantes a su congregación. Honestamente hablando, saber que ahí se contaba con canchas deportivas y una alberca, fue la principal razón que hizo nacer en mí la intención de entrar al Seminario. Mientras estaba por terminar la primaria, conocí al padre Magdalena Olvera, Vicerrector del Seminario. Le platiqué mi inquietud, y fui aceptado a mediados del año escolar. Mi familia al principio se sorprendió, y sin duda hubo también escepticismo: "¿Cómo que Ulises se va al Seminario?" Pero Dios se va valiendo de esas chiquilladas para llamarnos al sacerdocio.
Ulises comienza a llenar el aire con su palabra que confirma al recordar: "Al pasar al seminario menor, cursé cinco años de humanidades. Y después, en el seminario mayor, estudie el primer año de filosofía, Ahí el obispo Martin del Campo me otorgo una beca para estudiar en Roma, donde terminé Filosofía y Teología.
Pero en Roma sufrí de hipertensión, y los médicos me recomendaron que regresara a México.
Aquí termine la licenciatura en Teología, y a los 25 años, fui el ultimo sacerdote ordenador por monseñor Martín del Campo, -porque él era Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Morelia y administraba todavía en León - Después fui a profesor de Filosofía y Letras durante tres años, prefecto de disciplina, padre espiritual y Rector durante un año, aquí mismo en el Seminario. Luego fui vicario pastoral y al mismo tiempo capellán del templo de los Ángeles durante cuatro años. Finalmente, fui párroco en Barrio Arriba."
EL SEÑOR ME ELIGIÓ PARA SER OBISPO
Mientras su hermana entra con una charola para servirnos café, el Sr. Obispo me comenta que cada mañana realiza ejercicios físicos para mantenerse en buenas condiciones. Y retomando el hilo de nuestra conversación, le inquiero:
LM.- ¿Cómo fuiste designado Obispo?
SO.- Simplemente me llamaron un doce de junio de la Delegación Apostólica en México, y el Delegado del Papa me dijo que el Santo Padre y la Iglesia me pedían un servicio muy especial: aceptar ser Obispo de Mexicali -hace una pequeña pausa y después sonríe como sorprendido de si mismo -. En este momento tuve una amalgama de sentimientos, de temor, de incertidumbre, pero también de mucha esperanza y confianza en Dios. Al principio me resistí, traté de ponerle peros, de aludir razones, pero al fin de cuentas entendí que yo no elegía esto, sino que el Señor me elegía para este servicio. Con temor, pero con mucha esperanza, acepté. La ordenación oficial se realizó en Mexicali, con la participación del Sr. Delegado.
HOY EN DÍA EL HOMBRE VALE NO POR LO QUE ES, SINO POR LO QUE TIENE
LM.- ¿Qué significa para un joven sacerdote ser llegar a Obispo?
SO.- Es un aliciente. Creo que el hecho de ir integrando obispos de diferentes edades a la Iglesia, hace que la fogosidad de los jóvenes se ligue con la experiencia de los más maduros -reflexiona un momento y en tono de preocupación agrega:- Pero esta sociedad consumista y competitiva que hemos forjado ha cambiado los valores del Evangelio. Hoy en día el hombre no por lo que es, sino por lo que tiene. Y naturalmente, cuando la gente que integra una sociedad piensa en esta forma, el dinero, la economía, el poder... pesan de tal manera, que al presentarse la oportunidad de servir a Dios a través de la vocación seminario sacerdotal, los muchachos se desconciertan y no fácilmente asumen un compromiso espiritual.
IGLESIA Y POLÍTICA
Suave pero firmemente, oriento la conversación hacia los temas que me interesan:
LM.- ¿Qué actitud debe asumir la Iglesia respecto a los recientes comicios de Chihuahua?
SO.- La jerarquía eclesiástica no debe hacer política. No puede, no es su papel. Pero la Iglesia no es sólo la jerarquía, sino también el pueblo de bautizados, los laicos, que sí pueden y deben hacer política. Pero si un laico que es parte de la Iglesia hace política, la Iglesia hace política a través de él. A la jerarquía eclesiástica le corresponde formar conciencia para que el pueblo haga política. Esto no significa que la Iglesia sea partidista. Se ha criticado mucho a la iglesia en el norte; se dice que es panista, aunque simplemente forma conciencia, para que sean los laicos con su voto y con su presencia, quienes vayan intentando cambiar las estructuras mismas de esta política que ahora no está llenando y satisfaciendo completamente a todos. La Iglesia apoya a cualquier partido que de veras otorgue garantías a la ciudadanía.
La Iglesia Católica tiene que meterse en el ambiente político porque lo político es parte de la vida del hombre.
AL ENCUENTRO DEL HOMBRE
Con expresión atenta, el Obispo de Mexicali espera mi siguiente pregunta:
LM.- ¿Cómo afronta la Iglesia los retos de la vida contemporánea?
SO.- Se ha criticado a la Iglesia que no ha sabido acomodarse a la realidad actual. Yo invito a quien piensa así, a leer los mensajes del Papa, que se identifican con lo que el hombre clama: justicia, paz, solidaridad, valores familiares -cruza sus piernas y recargándose en sus brazos continúa:- La Iglesia sabe dar una respuesta exacta a los problemas actuales de la humanidad. Ponte a pensar en la Iglesia de hace veinte años y compárala con la de ahora; ésta ha dado un paso gigantesco desde que el Papa Juan XXIII convocó al Concilio proponiendo la actualización.
El ejemplo principal de la renovación eclesiástica es el Papa Juan Pablo II; él ha roto el protocolo diplomático propio de un Soberano Pontífice. Ya no es un Papa de oficina. Es el Papa que va al encuentro del hombre Juan Pablo II se ha hecho prójimo de nosotros.
JUGAR A SER DIOS
Del tema de la política, hago pasar a monseñor Ulises Macias al del aborto, igualmente controvertido:
"Dios es el único dueño y señor de la vida, y si El la da, El es el único que puede quitarla. Quien favorece el aborto intenta jugar a ser Dios.'"
Y terminamos esta entrevista con un hermoso mensaje del obispo de Mexicali. Al preguntarle qué necesita el mundo en este momento crucial, me responde emocionado:
-Que el hombre comprenda que nace para amar -.
15 Octubre/1986
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