Miguel Montes - El momento de gobernar

"El PRI necesita actualizarse y modificarse, cambiar muchas de sus acciones, para responder a las necesidades de una sociedad nueva y recuperar su credibilidad".

Miguel Montes es por su formación universitaria y social y por su carrera política, guanajuatense.

Ha ocupado diferentes puestos: Presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje, Diputado Local, Secretario de Educación, Diputado Federal, Secretario Particular del Gobernador, Oficial Mayor del Senado y, recientemente, Presidente del Congreso de la Unión. Montes pertenece, como él mismo lo declara, a una corriente crítica dentro del PRI.

LA VIRTUD POLITICA DEL GOBERNADOR

Vestido sencillamente sport y oliendo a lavanda fresca, la figura familiar de Montes lleva una solemnidad que sólo se desvanece cuando se observa su ancho rostro apacible y duro, que revela la sagacidad de su hablar que deja conocerle sin misterios "Me inicié en la política de partido, por invitación de una gente muy modesta que tuvo una gran responsabilidad en Guanajuato hace muchos años, el licenciado Luis Macias -me dice con voz fuerte, pero seductora-. Ya de manera más activa colaboré con el licenciado Juan José Torres Landa, sin duda uno de los mejores gobernadores que hemos tenido.

Un gobernador non. Un Gobernador con idea de lo que es el gobierno. A él le llegué a escuchar muchas veces esta frase: "Yo no vine a hacer la paz a Guanajuato; porque paz ya había. Vine a hacer la guerra, pero a ganarla". Efectivamente, su gobierno fue difícil.

Pero también su obra ha sido trascendente para todo el Estado.

Yo creo que cada Gobernador actúa en un contexto histórico determinado y bajo determinadas condiciones, y que la virtud política consiste en descubrir lo bueno y lo posible en el momento que les toca gobernar".

LM.- Usted ya había sido antes Diputado Federal. ¿Qué diferencias encuentra entre la Cámara de Diputados anterior y la actual?

MM.- Muchísimas diferencias - dice acomodándose en el sillón-.

En primer lugar, estábamos en Donceles y Allende, el viejo local de la Cámara de Diputados, un lugar muy acogedor, con un gran sabor. Éramos casi la mitad de los diputados que son actualmente; No había diputados de representación proporcional. No se aplicaba todavía la LOPPE, o sea, la reforma política del 77, mucho menos el nuevo Código Electoral, lo que se ha dado en llamar "Renovación Política".

El único sistema de elección era el de mayoría relativa de los partidos que estaban presentes en la Cámara: Acción Nacional, el Partido Popular Socialista, el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y el PRI. Nos conocíamos mucho mejor, era más amable el ambiente. No había la vigorosa manifestación de opiniones contrarias.

Era una Cámara Plural, pero mucho más ordenada, y eran otros los momentos que vivía el país. Aunque nos tocó vivir momentos difíciles. Muchos de los que actualmente son diputados andaban en la guerrilla. Acuérdese que en 1976-77 teníamos guerrilla rural y urbana, y que todos estos instrumentos que identificamos como Reforma política, la Ley de Organizaciones políticas y Procesos Electorales y la Ley de Amnistía facilitaron el que desaparecieran esas manifestaciones armadas por inconformidades políticas.

LM.- Un buen paso que canceló la violencia política en nuestro país...

MM.- Coincido con usted: Creo que es mucho mejor una manifestación pacífica de inconformidad de 200 mil gentes, que 5 mil en la violencia. Yo creo que el país está aprendiendo que puede haber inconformidad política muy vigorosa sin necesidad de recurrir a caminos de ilegalidad. La reforma política ha venido dando diversos pasos, quizá desde el voto a la mujer con Ruiz Cortines, y después con los diputados de partido que establece López Mateos.

Pero indudablemente que la Reforma Política del Lic. López Portillo, y que realmente fue una idea de Jesús Reyes Heroles, fue un gran avance. Y ahora la renovación política electoral, dígase lo que se diga, ha abierto las puertas a una manifestación de la pluralidad de nuestra sociedad tan vigorosa, que a veces es desordenada y a veces desacertada. Me parece desacertada, porque parlamentariamente se puede manifestar con mucho vigor una inconformidad sin llegar al desorden. No puedo coincidir en esos extremos -y sosteniendo por momentos su frente, continúa seguro-. Me parece desacertado también que los cardenistas hayan tratado de interpelar al Sr. Presidente, pero son manifestaciones de la pluralidad política, y aunque no coincida con ellas tenemos que defender el derecho a que se den.

EL GRAN RETO DEL PRI

LM.- Licenciado Montes, usted defiende su caso en la Cámara de Diputados, aceptando que puede haber y se puede dar una apertura hacia la oposición, para que nuestro sistema sea efectivamente democrático. ¿Puede usted explicarlo?

MM.- Es un tema muy complejo, muy largo. Voy a tratar de desmenuzarlo.

Yo creo que en el seno del PRI siempre ha habido una militancia crítica, si no generalizada, si de muchos de sus elementos, y que esta deserción que se da con la llamada Corriente Democrática no es la primera experiencia histórica que tenemos de ese tipo. Se dio desde la candidatura de Ortiz Rubio, cuando desertó Vasconcelos. Otro problema muy serio se presentó con la candidatura de Ávila Camacho, y Almazán precisamente con motivo de la sucesión de Lázaro Cárdenas.

La candidatura de Ezequiel Padilla también fue disidencia del PRI, lo mismo que la de Henriquez Guzmán. Fueron disidencias meramente políticas en donde muchos priistas se separaban del partido y apoyaban candidaturas que no derivaban de la resolución del partido, pero la situación del país en esos momento era distinta a la actual. El país está viviendo desde 1976 para acá una crisis económica con manifestaciones más o menos fuertes.

En agosto de 76 tenemos la primera devaluación, y de ahí en adelante entramos en problemas económicos. El obrero, el campesino, el miembro de la clase media sin duda han tenido que hacer grandes sacrificios económicos que los han irritado, y le echan la culpa al Gobierno de todo lo malo que ocurre. Esa reacción se generaliza y los partidos de oposición la capitalizan. Esta crisis económica aumenta la división política, hace que la disidencia encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas tenga una penetración que nadie se imaginaba, ni los disidentes mismos. Un hecho tan fuerte como las recientes elecciones debe obligar al PRI a actualizarse y modificarse y cambiar muchas de sus acciones, para responder a las necesidades de una sociedad nueva y recuperar credibilidad.

Reyes Heroles ya preveía estas circunstancias, y su afán de modificación era para evitar el problema extremo que ahora estamos viendo. De alguna manera creo pertenecer a una corriente crítica dentro de mi partido, que analiza los problemas que tenemos en una organización tan compleja. Y no lo digo con el afán de llamar la atención, sino con la prudencia de un militante a veces modesto y que por alguna circunstancia pasajera destaca. Yo creo que el partido está entrando en una etapa de mejoría. Aunque somos un partido mayoritario, estamos en el riesgo de ganar y perder elecciones, como cualquier otro partido. El PRI tiene el enorme mérito histórico de haber propiciado la tranquilidad social, pésele a quien le pese, a través de la sucesión pacífica del poder.

Logramos el cambio pacífico de presidente a presidente, de 29 para acá. Y el que sale, sale...

LM.- Bueno, eso lo instituyó Plutarco Elías Calles...

MM.- Ese es su gran mérito histórico, que nadie le puede negar.

El da forma al instrumento que ha sido útil para establecer esa tranquilidad y para permitir la sucesión pacífica en el ejercicio del poder, dentro de una misma línea ideológica. Antes no pasaba eso, aunque fuese dentro del mismo grupo revolucionario.

UN CLUB DE AMIGOS Y COMPADRES

LM.- Pero todo eso que está usted diciendo, licenciado, implica que el PRI dejará de desempeñar el papel paternalista que ha desempeñado durante muchos años...

MM.· Un partido que no sea flexible para adecuarse a la sociedad en que está actuando, es un partido que va a perder el apoyo de la gente, y por bueno que haya sido, va a ser desechado. Eso yo no lo deseo para mi partido. Mucha gente votó más que a favor de alguien, en contra del PRI. Yo creo que lo que está ocurriendo hará también que el mexicano razone más en la importancia de su voto y lo emita con mucho mayor responsabilidad y analizando las plataformas electorales y de principios de los partidos. Y, además hará que los partidos sean más claros. El PRI ya no puede ser un club de amigos y compadres.

¿Quiere usted que vayamos a una economía absolutamente dirigida, que socialice la propiedad y los medios de producción? Sabrá qué partido lo postula y votará por él.

Ya no se valdrá como ahora, que partidos con ideologías encontradas formen alianzas electorales para aplicar no sé qué programa.

¿Cómo voy a emitir mi voto por esta amalgama cardenista si no me están diciendo cuál es su plan de gobierno? ¿Qué van a hacer si llegan al poder? ¿Van a aplicar los principios del PPS, los del PST, los del PMS, los del PRT? Yo creo que hay una gran molestia contra el PRI, porque la gente identifica al PRI con el Gobierno. Y esa inconformidad va en contra de un México que todos queremos. Pero hay que reconocer que hubo un planteamiento inteligente de parte del llamado Frente Democrático; se utilizó una figura histórica indiscutible, la figura de Cárdenas, para llevar a los mexicanos, de alguna manera con cierta nostalgia, a que emotivamente votaran por su hijo, creando una confusión. -Y remarcando las líneas de su cara, agrega:

"El PRI debe cambiar muchas de sus prácticas, y sobre todo atender al adoctrinamiento de sus militantes, y a la orientación adecuada de sus masas. Lo ideal es que en cada partido sus militantes estén por convicción. El gran reto del PRI ahora es aceptar la voluntad popular de que el poder cambie de manos, que ese cambio sea pacífico y que exista la posibilidad de volver a recuperarlo, en un juego democrático formal absolutamente real. El partido mayoritario, por sus desaciertos o por sus errores, puede mañana pasar a ser minoría, y esta minoría debe conservar siempre su posibilidad de volverse a ser mayoría. La estructura política debe ser firme, que ni aun queriendo alguien pueda evitar que en la siguiente elección otra minoría tome el poder.

No sé si estoy siendo claro".

LM.- Demasiado claro. Nada más que siento que esa teoría que expone usted tan fácilmente es muy difícil que se dé en la práctica.

MM.- Hacia allá vamos, queramos o no queramos. Estamos avanzando tan aceleradamente, que ni lo notamos. En 1977 se da un gran paso con la representación proporcional, que se produjo apenas hace once años. La norma siempre va un poquito atrás, porque la norma certifica la realidad, luego trata de regularla. Qué fácil es ahora decir: "Este distrito lo ganó la oposición". Antes eso era, ¡uf! extrañísimo. Y en Michoacán de 13 se perdieron 12. Yo pienso que esto es un avance social, y mire que ya soy un priista convencido, identificado de a de veras con los principios del PRI porque los he estudiado, los he digerido y sé de lo que estoy hablando. Creo en el nacionalismo revolucionario, creo en la rectoría económica del Estado, no en la dictadura económica. Pero también reconozco que los partidos políticos son instrumentos para lograr la participación ciudadana, y que si algún partido político, llámese como se llame, deja de ser un instrumento útil, o hay que actualizar el instrumento, o hay que cambiar de partido.

500 SABIOS

Miguel Montes García se convirtió durante el mes de septiembre de 1988 en figura nacional, cuando presidió el congreso durante el memorable VI Informe de Gobierno. Sobre esto cuenta que días después el Presidente Miguel de la Madrid le dijo: "Oiga, licenciado, dicen que al principio de la sesión del último informe usted me calló, diciéndome: "Un momento Sr. Presidente"... ¿Y si yo hubiera querido contestar a una interpelación? A lo que Montes respondió: "Pues no lo dejo, Sr. Presidente, porque mi idea fundamental en esa sesión no era de protección al Presidente: Era que no se distorsionara la naturaleza de nuestro sistema, porque no es nada más la interpelación, es lo que sigue, después de ella".

Sobre el poder Legislativo, Montes comentó con una sonrisa que sólo se da en la mitad de su boca:

"El poder Legislativo mexicano no es un poder de excelencia académica. Ahí no están reunidos 500 sabios. Están reunidos 500 diputados que representan a nuestra sociedad en todo el mosaico.

Unos buenos, otros malos, pero son representantes populares y todos tienen derecho a hablar.

Estoy convencido de que para hacer una ley debe oírse la opinión de todos. Nadie es poseedor de la verdad absoluta, y siempre el de enfrente tiene algo que enseñarnos.

Una obligación del legislador y del político es tener la mente abierta a la expresión de los demás".

ME RASURO Y ME CORTO.

Durante esta entrevista, no pude definir si los ojos de Miguel Montes son grises o amarillos, pues el brillo certero que despliegan ocultaba su color, no así la claridad de sus respuestas.

LM.- ¿Qué futuro hay para el Lic. Montes en la política?

MM.- (Risas). No lo sé. Yo soy un político que frecuentemente tengo que refugiarme en mi despacho.

Mi vocación es de servir y de intentar realizarme como ser humano a través de esta actividad, y no de llegar a un puesto determinado. El único lugar a donde no llegaré será a la frustración ni a la amargura. No soy una gente distinta a la que anduvo hace unos meses, casa por casa, pidiendo el voto de los vecinos de cada barrio de Guanajuato. Si ha habido una circunstancia que me ha permitido servir de una manera más amplia y me ha permitido darme a conocer un poco más, no por eso estoy envanecido. Yo sigo siendo el mismo.

LM.· No lo dudo, licenciado.

Pero, dígame, ¿Cómo le ha hecho para mantenerse con los pies en la tierra?

MM.- Pues me rasuro y me corto, para ver que soy un ser humano como cualquier otro -termina respondiendo sencillamente.

Con sus 51 años, Miguel Montes tiene una actitud de optimismo que el vigor y la responsabilidad resumen en su pensamiento y acción. Representando a su partido.

Sirviendo a México.

16 Octubre/1988