Ignacio Vázquez Torres - El pueblo es más sabio que los políticos
Actualizado: 17 dic 2020
Ignacio Vázquez Torres, tres veces diputado, Secretario de Organización, Oficial Mayor y Secretario Auxiliar del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, delegado del Partido en 22 Estados de la República y actualmente Presidente de la Comisión Nacional de Información y Evaluación del PRI, se autodefine como un ser humano con proyecto, con voluntad, con audacia y con moderación en la conducta, bajo las normas de reflexión y prudencia.
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LA ACTIVIDAD SUPERIOR
"La política es la actividad superior que coordina y gobierna, la que alienta o deprime las demás actividades. Cuando la política se acaba y prepondera la anarquía o la autarquía, no es fácil que florezca el arte. La economía se descompone; el derecho pierde la brújula".
Comienza Nacho deleitándose sin pudor al hablar sobre lo que le apasiona: la política. Respondiendo con una severidad no desprovista de humor, pero tampoco excesivamente abierta a la sonrisa.
LM.- ¿Te consideras un político hecho?
VT. - No hay políticos completos.
El día que se encuentre a un político completo, se localizará una joya. La inteligencia política es la más compleja de todas las inteligencias, porque tiene muchas facetas: la capacidad de comunicación, la voluntad de sobrevivencia, la sensibilidad para percibir los problemas sociales, la previsión del futuro... Un político que puede ser líder, estadista, ideólogo y administrador, es un genio. Las virtudes sin ejercicio no se dan, y la política sin ejercicio no es política.
"Mi ejercicio político empieza muy desordenadamente, de la manera más extraña del mundo.
-Dando un ligero parpadeo bajo sus cejas arqueadas cuenta: "En un evento estudiantil me salto a una tribuna porque me nacía saltarla. No sé ni lo que dije: me emocioné mucho. Yo tenía 15 años de edad. Yo nací en El Sauz de Méndez, municipio de Pénjamo, próximo a los límites de Michoacán.
La escuela en La Piedad nos quedaba más cerca que la de Pénjamo, y ahí estudié la primaria y la secundaria. La preparatoria y la facultad las estudié aquí, en Guanajuato, gracias a mi padre, un agricultor alto, blanco. En cambio, mi mamá era una mujer chaparrita, morena. De acá del rumbo de Ciudad Manuel Doblado. Ella nació en el municipio de Jesús María, y mi papá era de Pénjamo, de un rancho que se llama La Madeja. Mi primera participación dentro del trabajo institucional fue al lado del Lic. López Mateas, en una reunión que se verificó en La Piedad, donde dije un discurso que llevaba bien macheteado. Y sobre el cual el licenciado fue muy elogioso, pero como dicen los chavos de hoy, fue "por darme el avión", pues él era un extraordinario orador (sonríe).
Mi integración a Guanajuato fue bajo los auspicios del Lic. Torres Landa, por mi amistad con Natalio Vázquez Pallares y por la introducción personal de un viejo líder agrario de Pénjamo que ya murió, y Carmen Raya, que me arraigó de nuevo en mi Estado; con él empecé a trabajar en la Liga de Comunidades Agrarias y en el PRI -Cruza sus brazos escondiendo por momentos la pequeña dimensión de sus manos, y sigue ahondando en datos interesantes: "A partir de que fui presidente de la Sociedad de Alumnos en la Preparatoria, logré alguna relación con políticos michoacanos, entre ellos con el general Cárdenas, en ese entonces ex presidente de la República.
Un hombre que hablaba para trascender, para ilustrar y clarificar, y los jóvenes de esa época lo veíamos con una gran emoción. Me acuerdo de su voz casi inaudible. Necesitaba uno acercarse mucho para escucharlo.
Decía cosas muy sanas. Recuerdo cómo los campesinos le acercaban a los hijos y les decían: "Tócalo, él es quien nos dio la tierra". Era un monumento vivo, creo que me emocionó para la participación política".
LM.- ¿Cuál es tu opinión sobre el Frente Democrático?
VT.- Bueno, es un esfuerzo que realizan expresiones políticas respetables en un momento en que las circunstancias están dadas para que México viva de manera intensa en el pluralismo político.
Cuauhtémoc es un mexicano respetable:
JESUS REYES HEROLES
A Ignacio Vázquez Torres le unió una gran amistad con Jesús Reyes Heroles, dejándole a su muerte un cúmulo de vivencias personales que con gran facilidad externa mientras desvía su mirada castaña.
"A Reyes Heroles lo conocí en el PRI, recién llegado él al Comité Ejecutivo Nacional. Acababa de sustituir a Sánchez Vite, Y poco después Reyes Heroles me nombró Secretario Auxiliar del Comité Ejecutivo Nacional. Él era un hombre muy lúcido, muy culto, muy coherente, y muy respetuoso.
De principios, pero con flexibilidad.
Un hombre que contra lo que mucho se dijo, si tenía capacidad de negociación. Tenía una visión muy clara de las cosas y una hipersensibilidad para percibir los problemas a futuro. Veía cosas que difícilmente otros seres humanos ven. Era un hombre de mucha destreza para escribir y con honradez para decir las cosas. Sabía decir no a tiempo, y sí sin ostentación...
El trabajo en un ambicioso proyecto de reforma educativa, en el cual yo participé.
Era un proyecto audaz, de buena fe, nacionalista y que tenía una orientación fundamental: Elevar la calidad de la educación, de la vida social, de la vida nacional.
La parte instrumental, la estrategia, tenía que enfrentar una serie de resistencias, la macrocefalia del sistema educativo, su ingobernabilidad.
Combatir esas resistencias era el gran desafío, No era tarea de unos cuantos días, de unos cuantos meses o años, sino tarea a futuro.
Creo que se avanzó, pero como el problema es tan grande y tiene características tan complejas, hablar de resultados óptimos a la mitad de la jornada, que fue donde se quedó a partir de la muerte del Lic. Reyes Heroles, pues resultaría un poco atrevido.
LM.- ¿Qué te dejó de enseñanza tu paso por la Secretaría de Educación Pública?
VT. - He pasado por muchas experiencias de trabajo administrativo, social y político. En la Secretaría de Educación Pública tuve tareas que me ayudaron a afianzar mi formación política y administrativa. Operé programas que implicaron el manejo de los dos ingredientes. El saldo positivo puede ser el siguiente: El político entre más educador y más administrador, mejor político.
Por otra parte, mi paso por la Secretaría de Gobernación me dejó también una enseñanza: En la función pública, discreción y eficacia van de la mano. En política, entre más se sabe y más se calla, mejor se sirve.
De mi paso tres veces por la Cámara de Diputados tengo dos importantes vivencias. La primera, al inicio de mi carrera parlamentaria, en un debate que empecé ganando y que perdí.
Enseñanza recogida: En política, el que da, recibe. La segunda en la Primera Legislatura de la Reforma Política, en una presidencia conflictiva manejada con equidad; al final del mes recibe, con aplauso y de pie, el reconocimiento de todas las fracciones parlamentarias; al día siguiente, otro mes y otra presidencia, nadie se acordaba de mí.
Enseñanza: En política, lo que parece a veces no es.
De mi paso por el PRI, a través de responsabilidades en el Comité Ejecutivo Nacional y 22 veces como Delegado General en otras tantas entidades, aprendí que el pueblo es más sabio que los políticos sabios.
De todo esto me queda una convicción: En quehaceres como el mío, si se quiere vigencia, se debe ser humilde para aprender, audaz para hacer y honesto para ejercer.
¿Qué cómo es mi visión del futuro de México?... Pues soy optimista.
Yo creo que las experiencias que hemos vivido nos van a cargar el acento en propósitos de modernización que involucran la estructura económica del sistema político; En cuanto al partido, yo creo que tiene que irse adecuando a circunstancias en el tiempo y en el espacio. Abriendo los cauces a las expresiones del pueblo, lo cual es una forma de modernización, de democratización.
O sea, tú ya no puedes hacer composiciones de laboratorio, ya no puedes robarle al pueblo su decisión. No nos vaya a pasar lo que a don Adolfo Ruiz Cortines, que llegó un amigo suyo a pedirle ayuda para ser candidato, y le dijo: "Pues yo lo hago con mucho gusto, pero ahorita tenemos un problema: No te conocen. Te vamos a dar una tarea para que te conozcan en el lugar donde quieres ser candidato".
Después de haber realizado aquella tarea, regresó el aspirante a político a ver a don Adolfo, y éste dijo: "Ahora tenemos otro problema más serio: ya te conocen demasiado". (Reímos).
NACHUS INQUIETUS
LM.- Nacho, ¿qué es lo que haces cuando no estás abocado a la política?
VT. - Mira, tengo tendencia a la hiperactividad. Soy muy inquieto, me gusta moverme de un lado para otro. El maestro Chowell, que fue mi compañero de Cámara en la XLVII Legislatura, cuando veía que no me podía estar tranquilo treinta minutos en la curul, me bautizó con el nombre de Nachus Inquietus; me cuesta mucho trabajo.
Sentarme un rato largo a leer, pero leo con esfuerzo y disciplina.
Leo ciencia política; reviso textos jurídicos para que no se me olvide que pasé por la Facultad de Leyes.
Soy un adicto de la información política. Me gusta tenerla-aunque no la utilice. Me gusta mucho platicar con mis amigos, así como disfrutar a mis hijos.
LM.- ¿Qué es para ti Guanajuato?
VI.- Mi tierra, uno de mis espacios de participación más entrañables, un espacio que nunca me gustaría tener cerrado por lo que para mí representa en todos los órdenes humanos. En Guanajuato estoy con la mente, con el espíritu, con la sensibilidad y a veces con la presencia física, insistentemente.
Dicen, yo realmente no sé -yo no creo mucho en lo que me dicen (para creerlo lo corroboro), y menos en política-, que la única verdad en política es el hecho consumado. No soy devoto de la insidia.
Así me despido de Nacho Vázquez Torres. De sus respuestas cautas, audaces; algunas polémicas o irónicas, pero llenas de contenido ideológico, político o social, y del político que espera su momento.
23 Octubre/1988
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