Padre J. Jesús Lira Anda - Enseñar a servir a los demás y a si mismo

Postrado en su cama a causa de una reciente operación y de algunas complicaciones derivadas, el padre J. Jesús Lira me recibe amablemente para acceder a esta entrevista. Ya en la mañana del día siguiente, pulcramente cobijado y arropado, el padre Lira me está esperando en su silla de ruedas.

A un lado de su cama sencilla, hay un buró donde descansa un niño Jesús, que junto con algunas estampas de santos y una televisión arrinconada, forman todo su mundo. personal. A sus ochenta años, con el pelo gris canoso, de pequeños ojos cansados que siguen atentos el ritmo de la conversación, que le agrada y le distrae en esta etapa de convalecencia, la labor que ha desarrollado el padre como educador durante cincuenta años es digna de mención. Todo empieza cuando cursando sus estudios en el Seminario lo ponen a impartir clases, lo que le induce ya recibido, a los veintidós años, a abrir una "academia" en donde se dan clases de física, química, religión, corte y bordado. En el año de 1936 abre una primera escuela en una casa que alquilaba en la 5 de Mayo.

Los que integraron los primeros grupos de alumnos eran niños recogidos que vendían periódico, niños de la calle.

"UN COLEGIO EN UN BASURERO"

Lourdes, ubicado en Juárez 523, el cual recibe en obra negra, y con un proyecto del arquitecto Mariscal de la ciudad de México, se planean los actuales arcos ojivales. Junto al templo había un terreno del que sacan doscientos camiones de basura para poder

empezar a construir lo que sería el "Colegio de Lourdes". Conforme iba habiendo más solicitudes de alumnos, aumentaban los grados y se construían más salones. Terminar la obra le tomó veinte años!!! "Nunca hice rifas ni nada de eso -afirma-, pues a Dios le gusta el dinero limpio, la limosna. Llegué a tener área para secundaria y normal superior; ahora sólo queda la primaria, pues el resto me lo tumbaron hace más de un año.

Tuvo la bondad de hacer eso el encargado de Obras Públicas"...

LM.- ¿No lo compensaron con algún terreno para construir, con alguna aportación económica?

PL.- No, con nada, dice con un dejo de recuerdos que lastiman-.

Ahora tengo sólo 800 alumnos, niños y niñas por separado. Mi sistema de enseñanza gira en torno al espíritu cristiano. De aquí han salido desde obispos hasta borrachitos

-comenta riendo y aclara:

-A los que vienen de padres alcohólicos les tiene que brincar el gusanito que ya traen. Entre los obispos están últimamente el Sr. Ulises de Tijuana, el de Papantla, Veracruz, el de Tuxtepec, Oaxaca, también el de Tapachula... Y en las demás ramas profesionales, como médicos, abogados, industriales... son tantos que no recuerdo sus nombres.

LAS LEYES SE DAN AQUÍ, PERO SE CUMPLEN ALLÁ

Sin haber salido nunca al extranjero, el padre Lira llegó a dominar el griego, el hebreo, el

latín, el francés y el inglés, los cuales aprovechó para impartirlos en sus clases: "Pienso -dice que una buena formación hace a la persona capaz de servirse a sí misma y servir a los demás".

LM.- ¿Cree usted que la educación debe ir compaginada con la religión?

PL.- Bueno, el artículo tercero constitucional dice que la educación debe ser laica, pero el gobierno nunca nos ha reclamado, y ahora casi todos los políticos tienen a sus hijos en escuelas particulares. Como dicen que allá en Roma hay dos estatuas, una de San Pedro y otra de San Pablo. Y que San Pedro dice: "Las leyes se dan aquí". Y como San Pablo está con el dedo apuntando responde:

Pero se cumplen allá". Así pasa aquí en México.

LM.- Padre, ¿alguna vez motivó a sus feligreses para que votaran por algún partido político?

PL.- Los domingos venían de propósito a poner en las bocinas grabadoras para registrar todo lo que yo decía... Nada más que nunca dije nada. Creían que yo estaba con el PRI porque había recibido algunos servicios...

LM.- ¿Cómo qué servicios?

PL.- ¡¡Pues hasta bancas me regalaron!! Los candidatos venían, pero a pedirme la bendición ríe abiertamente, y para calentarse se frota sus delgadas manos. Prosigue recordando tiempos que le tocaron vivir, como la época de los cristeros: "Allá por el veintiséis, cuando el Presidente Calles desató toda su ira en contra de la Iglesia Católica, suprimiendo el culto, los sacerdotes teníamos que celebrar misa en casas particulares. Yo lo hacía en casa de la familia González, por la calle Juárez".

EL MOVIMIENTO CRISTERO NO ESTABA ACORDE CON LA DOCTRINA DE CRISTO

LM.- ¿Por qué fracasaron los cristeros?

PL.- Dicho movimiento no tuvo éxito, en primer lugar, porque Cristo mismo, el espíritu de la Iglesia, prohibió el tomar las armas para defenderse. Y aquí en León pronto fusilaron a los cabecillas: Nicolás Navarro, Vargas, Valencia, el mismo día en que se iban a levantar en armas.

Al fondo se oye el cantar de las lecciones a coro y la salida de algún grupo, pues el cuarto del padre Lira está inmediato a los salones de clases. Prosigue su relato: "En aquellos tiempos me desplazaba a los ranchos en caballo, pero en la ciudad siempre lo hice en mi bicicleta, hasta que la dejé hace cuatro años, viendo que el tráfico ha aumentado muchísimo, y qué necesidad tengo de que me tumben y me rompan algún hueso. Esto me ayudaba a hacer algo de ejercicio, pues el cuerpo le ayuda al alma y el alma al cuerpo".

LOS QUE GOBIERNAN Y LOS MERCADOS

LM.- ¿Qué actividades desempeña fuera del colegio?

PL.- Yo acostumbro hacer mi mercado los sábados, porque me gusta estar en contacto con la realidad del pueblo, para así ver qué colegiatura se puede pedir lo mínimo y lo necesario para poder educar.

LM.- ¿Y usted cree, padre, que nuestros gobernantes están en contacto con el pueblo?

PL.- Dice el señor De la Madrid que todo el pueblo está con él, pero yo me pregunto: ¿Cuándo está él con el pueblo? Está bien con sus ministros, repartiéndose el mandado, solos... El pueblo mexicano es muy ingenioso, por eso ha aguantado. Pero es tremenda la devaluación a la que han llevado a nuestra moneda. Las de diez pesos que eran nuestras tuercas ahora parecen confetis.

Nos interrumpe la entrada de dos personas, una de ellas porta un copón cubierto y la otra una charolilla de comulgar.

-Padre, ¿le doy al Señor?

El padre asienta con la cabeza y se empieza a rezar el "Padre Nuestro" y el "Credo". Y mientras dicen. "Este es el Cordero de Dios", le dan la comunión...

RINDIÉNDOLE CULTO AL SANTO ENTIERRO

El padre Lira me explica que tuvo que solicitar al señor Obispo permiso para que una mujer pueda proporcionar el servicio religioso en su colegio. "Yo ya no puedo hacerlo -dice con tristeza- Aquí todos los días se reparte la comunión a los alumnos. Yo no he oficiado misa desde que no puedo andar. Mi postura es sentado o acostado, rindiéndole culto al santo entierro". Ríe otra vez, festejándose la ocurrencia.

La escuela está por cumplir su cincuenta aniversario, muchos años de callada y ardua labor en favor de la educación, años en que para fomentar y facilitar lo más posible el estudio, a los alumnos de secundaria o de normal no se les cobraba más que la inscripción.

El padre Lira es un educador que tiene por norma la disciplina, tanto que de no haber sido sacerdote, le hubiera gustado ser militar. No ha tenido mayor ambición en su vida que formar a los hombres por medio de la educación cristiana. "La vida - me dice al despedirnos- es realmente una actividad continua. Y nosotros escogemos la actividad del bien o la del mal. Dios nos deja en libertad para escoger entre la felicidad o el infierno eternos".

12 Noviembre/1986