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Foto del escritorLuz Marcela Vera

Enrique Bessonart - Estamos en pie de lucha

Actualizado: 21 ene 2021

Abandonó la carrera de contador público que estudiaba en la ciudad de México a los veintitrés años, al iniciar sus estudios de dibujo en la escuela de pintura '"La Esmeralda", encontrando ahí un medio de expresar su filosofía, intereses y creencias para formar una unidad: su obra. Como medio de ganarse el sustento, trabajó en Televicentro - ahora Televisa - con Julio Prieto, el escenógrafo, y en un despacho de arquitectos, en trabajos relacionados con el dibujo.

Poco después obtiene una beca para estudiar en París, en La Sorbona. Ya de regreso en México, edita un primer trabajo surrealista en agua tinta titulado: "Un Mundo Así", del cual explica: "Eran unos hombres con máquinas ensambladas, absurdos. Para mí el surrealismo tenía como un dejo casi de algo que ya se había hecho, que ya había pasado."

LM.- ¿Y eran muy absurdos? -le pregunto con deseo de que abunde en el tema-.

EB.- Yo mismo era muy absurdo...(sonríe sorprendido de sí mismo). La crítica fue muy buena, estupenda. Margarita Nelken y Justino Fernández me auguraron que llegaría a ser uno de los grandes dibujantes de México. Me había encontrado con el dibujo y le puse muchas ganas. Poco después nace una segunda serie inspirada en esta misma tendencia absurda: "Catálogo de Feria". Eran acuarelas absurdas con tinta china.

El otro dibujo era espontáneo, pero éste más interesante. Expuse esta acuarela en Los Angeles, en una galería muy sofisticada de una judía alemana, Ruth Shalfner, muy avant-garde. Es una de las exposiciones más importantes que he montado. También he expuesto en París y en el Museo de Arte moderno de Nueva York, en una exposición colectiva que se llamó "Arte Joven de México". En el Distrito Federal participé año con año en la galería "Salamandra" y en "Antonio Sousa", muy importante en su tiempo. Ahora será la primera vez que expongo en León, mi tierra, lo cual tiene para mí mucho interés y lo estoy haciendo con mucho gusto. Es la manera de decirle a la gente que ha creído en mí que de alguna manera no la defraudo, que estamos en pie de lucha.


FIGURATIVO, ABSTRACTO Y SURREALISTA


Uno de los fines de una exposición es el establecimiento de la relación objeto-sujeto en que se plantea el goce estético, dependiendo de la intención del emisor.

Para Enrique Bessonart, una exposición debe ser una aportación de lo que el artista quiere decir, en cierto modo, la culminación de una idea, de un trabajo en serie, como en esta exposición: "Yo tenía mucho tiempo de no hacer un trabajo así, continuado y evolucionado.

No puede decirse que siempre he sido un pintor figurativo, pues de repente me encuentro con que estoy haciendo abstracto y de ahí paso al surrealismo. Soy una persona que cambia y eso me gusta porque implica una evolución, ya que si no puedo decir las cosas por un medio determinado, busco otra forma de decirlas".


EL ARTE INAGOTABLE DE LA NATURALEZA


Es media mañana y se siente el calor, Enrique se interrumpe un momento para deshacerse del sweater que lleva sobre los jeans y la camisa sport. Vuelve a surcar su frente cuando prosigue sencillo y hasta algo melancólico: "El trabajo del artista es tan... solitario, que en ocasiones veo la necesidad de volverme a conectar con un trabajo que no sea el quehacer artístico: la enseñanza, dirigiendo a los alumnos más que enseñándolos.

Porque hay un peligro que acecha cuando estás muy metido en tu propia creación: el egocentrismo. Yo siento que cuando un artista está demasiado metido en sí mismo, se está retroalimentando, y eso es un peligro. Picasso decía:

"Es malo copiar a los demás, pero es tristísimo copiarse a sí mismo". Entonces, ni copiar a los demás ni estarse copiando a sí mismo: ése es el ideal del artista.

¿Pero cómo vas a lograr esto? Simplemente alimentándote de diversas fuentes, que pueden ser escritores, amigos, la naturaleza, que nunca se cansa de dar algo nuevo, porque si ya has contemplado muchas puestas de sol, visto muchos árboles, todavía te quedan muchas cosas por ver en el microcosmos... Así, jamás agotarás todo lo que la naturaleza te está ofreciendo. Es más, si escarbas un poquito en la biología, te das cuenta de que existe lo abstracto en los cristales de las rocas, en los diseños de las alas de las mariposas. ¡Qué maravilla! Esos colores cálidos de las mariposas diurnas, y los sombríos, a lo Orozco, de las mariposas nocturnas. Una jirafa, por ejemplo. Ahí está el surrealismo.

LM.- ¡Una llamada! - coopero entusiasmada -.

EB.- Un rinoceronte... Ahí tienes tú a Henry Moore (escultor inglés)… Mira, en San Luis Potosí hay unas piedras en zonas desérticas que el viento y la arena erosionan y las dejan hechas unas auténticas esculturas.


EL ARCHIVO DE SENSIBILIDAD HACIA LA BELLEZA


En su familia fueron tres hermanos, y los tres tuvieron inclinación hacia las formas de expresión creativa. Su hermana se descubrió como estupenda miniaturista. Ella es monja. Y su hermano Jorge (q.e.p.d.) era una escultor genial. Su madre siempre procuró apoyarlos, fomentándoles el gusto por la naturaleza llenando así su archivo de sensibilidad hacia la belleza. "Creo -afirma- que los muchachos de ahora se divagan más fácilmente porque los medios de comunicación (la televisión, el cine, los videocassettes, las discos coches, etc.) les distraen de la natura-cosa. Yo por ejemplo he encontrado que el correr, que es una actividad solitaria, es un complemento a mi pintura, porque me hace reflexionar. Un día iba yo por el libramiento haciendo este ejercicio, y después de media hora o cuarenta minutos, al correr me vino una alteración de la conciencia muy bonita. Empezó a llover y yo estaba sudando, y estaba triplemente mojado porque iba llorando por mi madre que estaba muy grave, pero no era una forma de angustia...era"... Enrique Bessonart se ayuda con sus manos tratando de entornar este sentimiento que podemos traducir en el establecimiento de un contacto directo entre la sensibilidad del creador, su concepción de un mundo que le es propio (la obra de arte) y nosotros, el público.


LA LIBERTAD DEL ARTE


LM.- Dime, Enrique, ¿plasmas algo de tu vida cuando pintas?

EB.- Sí, desde luego. Yo creo que siempre sucede, aunque no de una manera consciente. Es decir, si tienes una pena, tus cuadros lo reflejan de manera muy obvia, tu paleta se vuelve sombría. Y en caso contrario, tu paleta se vuelve alegre, y tus formas quizá también lo sean. De alguna manera, expresas el estado de ánimo en que estás, tus penas, tus vivencias, tus gustos, todo, todo. La pintura es una cosa muy emocional, por lo menos para mí. Cuando pinto siento de alguna manera que justifico mi existencia.

LM.- ¿Quiénes han influido sobre tu pintura?

EB.- Picasso me apantalla tremendamente por la libertad que está implicada en su obra. Yo creo que a todo mundo nos dio esta lección: La libertad es fundamental en el arte. Pero en mí han influido Rufino Tamayo, Orozco (cuando hacía mis dibujos absurdos), artistas como Paul Klee o Miró, y ahora en el abstracto la amistad con Christian Jean me hizo degustar mucho esta forma.


LA ARMONÍA DE LOS COLORES


LM.- Enrique, ¿Qué tiene para ti de atractivo el color, qué colores te piden más?

EB.- Se me hace muy interesante la pregunta. El color siempre lo consideré como un complemento de la forma. Te voy a dar un ejemplo: las cosas enormes en rojo son muy agresivas, pero un pequeño detalle pues es una novedad. Un coche rojo a mí se me hace muy agresivo, pero no así un botón rojo. .. Estas últimas cosas que he hecho siento que son ensambles de colores, pero a través de la forma. Y hay dos formas de expresar el color: una mediante los contrastes, y la otra, que a mí en particular me gusta más, que es la armonía. Me inclino más por un cuadro monocromo, en donde se integran ocres, sienas, cafés, toda una gama, y no un cuadro lleno de colorines por todos lados.


LA OBRA EN EXPOSICIÓN


Son treinta piezas al pastel que que cambian de diseño y color las que abarcan la obra de Enrique Bessonart que estará en exhibición en la Galería Ducoing del Teatro Doblado, del 24 de octubre al 11 de noviembre, De ellas nos dice el autor lo siguiente: "Te voy a revelar porque me gusta tanto el pastel. Esta técnica es mas sencilla, mas rápida. Yo tenia que decir las cosas pero decirlas con rapidez.

Es como hacer tru tru: una cosa te va sugiriendo la otra. Es maravilloso; un poco como lo hacen los niños. Ellos no se meten en el funcionamiento técnico del arte, y entonces su creatividad tienen tanta frescura porque no ahondan en la cuestión técnica, que realmente es un abismo. Esa espontaneidad la va perdiendo el arte a medida que va conociendo mas técnicas, es decir, el oficio, "la cocina", como dicen los franceses.

Aunque es bien importante esto del oficio en el arte, porque cuando tu no tienes el oficio, si no simplemente la sensibilidad, entonces te ves muy limitado. Un pintor que no tiene los suficientes medios de expresión o suficientes conocimientos técnicos, ya sea del dibujo - la perspectiva, un escorzo, etc.- o de la pintura, se ve limitado a que su arte sea más o menos primitivo, mas o menos infantil, más o menos naif. Y en el otro extremo sucede que el artista se convierte en un virtuoso de la técnica, y se pierde en el manejo de sutilezas, brillitos y tonterías. Hay pintores tan técnicos, que saben tanto, que no les gusta soltarse el pelo".


ES IMPOSIBLE HACER BELLEZAS SIN ESTAR CERCA DE DIOS


La conversación se está profundizando. Las respuestas del maestro Bessonart parten siempre para hablar con la pasión y disciplina de un buen charlista. Esta vez nos abocamos al aspecto místico: creo que el artista de alguna manera se acerca a Dios aun diciéndose ateo o agnóstico, o por pose de libre pensador. El goce estético posible hace bellezas sin estar cerca de El. A veces incluso todo ese alarido blasfemo del artista ateo lo acerca a Dios. Por ejemplo un Goya, que en su época negra no expresaba precisamente la belleza, pero de alguna manera su obra era un canto al hombre, un canto al alma humana, atormentada, triste, martirizada por mil cosas diferentes, un canto que mete el espíritu del hombre irremediablemente en el espíritu divino. A mí me sucedió que estando en París vi anunciada por todos lados una exposición de Matisse. Fui tan bombardeado por tanto affiche que no pude dejar de ir. Estaba en el Petit Palais, y al llegar y observarla sentí un confort maravilloso esos interiores me daban la impresión de estar en una poltrona riquísima, disfrutando de un vaso de agua fresca, abanicándome.

Era tal la sensación de confort físico, que inducía a un bienestar psicológico. Años después, leyendo que ésa era la intención de Matisse, dije: "¡¡¡Pero qué manera de lograrlo!!!"


PROPICIAR EL SILENCIO


Ya para finalizar, pregunto al maestro Bessonart qué sentimientos, ideas o emociones se propone crear en la mente del espectador con su exposición. "Yo quiero en esta próxima exposición -dice- poner una frase en un cuadro que diga: "Esta obra quizá le diga algo y ese algo lo conduzca a un diálogo interno, pero si por el contrario, propicia el silencio de espíritu, entonces me sentiré colmado. Pues el sentimiento que busco que trasmita mi obra es la calma, la serenidad, que es una de las experiencias más bellas que hay.

Y nosotros tendremos la oportunidad de analizar esta obra, para poder entonces entender este arte luminoso, impregnado de amor y de poesía, que ha creado Enrique Bessonart.


24 Octubre/1986


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