Francisco Javier Alejo - La sociedad no es inocente
Actualizado: 19 ene 2021
En el currículum del licenciado en Economía Francisco Javier Alejo se acumulan desempeños como secretario del Patrimonio Nacional, director del Conjunto Industrial Sahagún, director del Fondo de Cultura Económica, Subsecretario de Hacienda, Embajador de México en Japón y vicepresidente en el Banco Mundial, Director de Almacenes Nacionales del Depósito. Actualmente es embajador en Italia. Este guanajuatense, originario de Salvatierra, habla de sus logros, experiencias, gustos y aspiraciones sin etiqueta alguna - "Yo creo que el echeverrismo no existe" -, pero siempre como político de vanguardia.
EL PRESIDENTE LUIS ECHEVERRIA
"Era un hombre apasionado por el cambio social, apasionado por elevar la condición del pueblo.
Para mí esa es esencialmente su característica. Cometió muchos aciertos y muchos errores porque intentó mucho. Era un hombre que tenía una noción rara del tiempo, y funcionaba de manera continua, noche y día. Pero era extremadamente respetuoso del tiempo de los demás... Yo lo conocí ya siendo presidente, precisamente en el Parador de San Javier, una noche del año 71, y por las informaciones que tenía sobre mi trabajo profesional, me invitó a colaborar con él. La nuestra fue una buena relación porque se hacía el trabajo que el presidente de la República requería. Cumpliendo una responsabilidad asignada".
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
"El Fondo es una editorial apoyada financieramente por el Estado, cuya misión fue desde que nació, provocar un cambio importante en el ambiente cultural de las ciencias sociales y de las humanidades en México, mediante el mecanismo de dar a conocer a los estudiantes y a los especialistas del país la mejor producción editorial del mundo. La tarea editorial es la tarea más bella que existe".
SUBSECRETARIO DE INGRESOS
“Se me invitó a ser Subsecretario para conducir la reforma fiscal realizada el año 1974, que buscaba un sistema fiscal más moderno, más equitativo, y que al mismo tiempo produjera recaudaciones más abundantes”.
"Fue una responsabilidad muy delicada, porque el titular de esta secretaria era considerado el custodio del Artículo 27 Constitucional. Es decir, custodio del patrimonio económico de la nación, de sus riquezas naturales y minerales, del petróleo, etc., y de las empresas que explotan esos recursos…”
- Francisco, ¿Qué logro aportaste durante tu gestión como secretario del Patrimonio Nacional?
Moviendo inconscientemente su zapato negro sobre calceta azul marino, que es el color del traje de corte impecable que lleva, responde: "Pues, yo creo, el haber consolidado un nuevo enfoque respecto a la administración de los recursos económicos de la nación que mi antecesor Horacio Flores de la Peña había ideado y empezaba a desarrollar. Eso fue muy satisfactorio para mí. Se piensa que en esa época se crearon muchas empresas estatales, y no es cierto. Ya existían, lo que pasa es que nadie lo sabía. Y Flores de la Peña inició el registro que a mí me tocó concluir. Cada año dábamos nuevas cifras del número de empresas del Estado, y todo el mundo creía que eran de reciente creación, pero era simplemente que las estábamos registrando y sabiendo en qué consistían y qué hacían. Más del 90% de las empresas que registramos existían desde antes "que Echeverría asumiera la presidencia. Lo que hicimos fue establecer un principio de autoridad, de orden y de control sobre todo en el ámbito para estatal preexistente".
- ¿Y qué piensas de la nueva política de venta de la mayoría de las empresas para estatales?
- Mi enfoque es que, si una empresa no sirve, hay que tomar una decisión: O se vende o se cierra, pero algo hay que hacer. No puede continuar perdiendo.
La venta no puede tomarse como un objetivo. La venta es una decisión instrumental.
- Aunque se ganara, ¿no crees que el gobierno debe actuar como agente promotor, administrando justicia, ejerciendo su oficio?
- También el estado se puede hipertrofiar. Eso fue lo que nos pasó. El estado se hipertrofió, creció demasiado. Es un fenómeno característico de lo que podemos llamar la fenomenología de los Estados. Efectivamente, el Estado en realidad debe concebirse a sí mismo como un agente promotor que de pronto está en una actividad con la idea de desarrollarla, y una vez que esto se logró, deshacerse de ella para promover otra. Esa función promotora debe concebirse como la aguja de un telar que mete el hilo y sale, vuelve a meter el hilo y vuelve a salir...
- Y se dio que esa aguja de telar quiso meter muchos hilos y colores…
- Esto ya es un fenómeno de la sociología de los Estados. Se generan intereses. Y esos
intereses se convierten en una inercia que impide que se tomen decisiones de cambio, y eso se mezcla con toda la sociedad y con el Estado. Siempre hablamos del Estado como si fuera el otro, un ente ajeno, pero la sociedad no es inocente de lo que pasa en el Estado. Están todos los intereses implicados...
- Intereses que fomentaron en México una burocracia omnipresente.
- Bueno, (tira su cigarro casi sin terminar hacia el jardín), bueno - repite -, la burocracia es parte del panorama estatal. Los entes colectivos son distintos a los entes individuales. El voluntarismo es factible en el ámbito individual, pero no en el colectivo. Se necesitaría que todos razonáramos igual, al mismo tiempo y en la misma dirección. Es un fenómeno terrible, y es válido para todas las sociedades humanas. La teoría de sistemas dice que ningún sistema complejo se transforma en su contrario, y la explicación es que existen intereses dentro del conjunto social que piensan beneficiarse si no cambia el sistema. Y es difícil comparecer con argumentos lógicos ante alguien que tiene como elemento fundamental de razonamiento el interés. Lo importante es hacer un esfuerzo por cambiar las cosas, y si uno siente que ha fracasado, pues de todas maneras tuvo que dar su contribución.
Hasta ahora no me ha tocado un caso en que no se haya podido hacer algo. Creo que ahí la convicción cuenta mucho. La convicción y la honestidad y la voluntad de hacer algo positivo, de un cambio...
- Cambio que era necesario en tu partido.
- El país está cambiando, y el PRI ha sido siempre un reflejo de México. Es un partido que ha organizado al país, y por eso es el partido dominante. empieza a estar en duda ahora porque hay resistencia al cambio dentro del partido. La sociedad está cambiando más rápido que el partido, y yo soy un firme convencido de la necesidad del cambio.
CONJUNTO INDUSTRIAL SAHAGUN
El físico de Francisco Javier Alejo no es desconocido: pelo crespo, cejas y bigote tupido en un negro profundo que hacen resaltar el verde de sus ojos. Sobre él se habla alto y bajo. El corresponde con voz densa, grave cuando habla sobre los tres años que dirigió al Conjunto Industrial Sahagún: " Tener la responsabilidad directa de un grupo de empresas de tipo industrial muy importantes, con todos los problemas que eso implica, fue una nueva experiencia muy interesante".
- ¿Pero qué logros dejaste para México?
- Pues logré que la empresa ganará en lugar de perder.
- ¿Por qué perdía?
- Por diversas circunstancias.
Cruza su pierna-. Lo que les pasa a muchas empresas para estatales es que el gobierno no las capitaliza bien. Entonces dependen del crédito. Y cuando el crédito es barato y la economía y los mercados crecen, una empresa puede trabajar sin problemas. Pero cuando el entorno económico de una empresa va mal y los mercados se estancan, pues empieza a resultar inmanejable.
El hecho de que una empresa esté muy endeudada, al igual que la familia, un país o un individuo, es el origen de muchos los problemas y en muchos casos los desequilibrios porque los administradores no tienen suficiente autonomía para tomar decisiones propiamente empresariales, como las de tipo laboral o las que se refieren a precios de venta del producto de la empresa.
- Dime una cosa, ¿siempre fuiste sincero?
- Creo que sí...
- ¿Cómo que crees que sí?
- Bueno, porque es difícil emitir un juicio a ese respecto. -Toma la cajetilla de cigarros y brillándole los ojos responde sin ambages!
"Es fácil engañarse a uno mismo..."
EMBAJADOR EN JAPON
"Fue una bellísima tarea -sonríe- desde muchos puntos de vista!
Fue en la segunda mitad del gobierno de López Portillo. Se me encargo la misión de darle una nueva dimensión a la relación entre Japón y México. Era muy necesario para México tener opciones en su relación internacional, para no estar concentrados exclusivamente con los Estados Unidos. La opción lógica y más importante era Japón porque ofrecía casi todo lo que ofrecía Estados Unidos en tecnología. Y la misión se cumplió. Fue entonces cuando se sembró lo que se está ocurriendo en este momento, y eso fue muy satisfactorio. Ese tipo de cambio en las relaciones internaciones no ocurre de la noche a la mañana. Cuando yo llegue a Japón había 90 millones de dólares de inversión japonesa en México.
Cuando dejé la misión ya eran mil cien millones de dólares. Ese aspecto fue quizá el más importante de todos”.
- ¿No son a veces las embajadas mexicanas una especie de ostracismo?
Claro, si hubiera estado en Burundi (Reímos). Pero estaba cumpliendo una función fundamental para México y, además, es un país maravilloso. Advierto que mi cultura guanajuatense me hace sentir que somos algo cosmopolitas, para comportarnos con facilidad en otros ámbitos.
LA GUBERNATURA DE GUANAJUATO
- ¿Te interesa la gubernatura de Guanajuato?
- Claro que sí, hace muchos años que me interesa, no desde ahora.
Pero yo siento, que es muy pronto para eso. Siento que el papel de los militantes de un partido que está en el gobierno es apoyar a nuestro mandatario en sus funciones, y no estar generando inquietudes e incertidumbre. Tenemos que apoyarlo para que el gobierno haga un buen trabajo que haga progresar a nuestro Estado, y ya llegará el momento de pensar en la sucesión.
- ¿Cuándo Francisco Javier no está ocupado en sus importantes cargos públicos estudia, escribe?...
- Escribo mucho de economía.
- Escribo mucho de economía, algo de poesía. Me gustan Paz, sin duda, Pellicer, Gorostiza, Rosario Castellanos, López Velarde, Villaurrutia...
- ¿Te consideras un romántico?
- Pues en algún sentido, sí. Yo creo que una persona que tiene como vocación fundamental el servicio público, es un romántico, desde ese punto de vista, pues soy un romántico. Un romántico irredento. (Reímos).
29 OCTUBRE 1989
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