Dr. Alberto Ruiz Gaitán - Los anticlásicos existen por los clásicos -
Actualizado: 8 ene 2021
Cantera y Forja
Canta, cantera , tu cantar de vientos;
vientos de siglos a cincel de soles;
soles con un temblor de girasoles;
girasoles girando pensamientos.
Pensamientos en años cuatrocientos,
cuatrocientos cachorros arreboles,
arreboles mostachos españoles,
¿españoles? Allá por mil quinientos.
Mil quinientos, los años de las forjas,
forjas de Dios, de patrias, de balcones;
balcones de Guzmanes o de Borjas.
Borjas, los esforzados corazones,
corazones Loyolas del Barroco;
¿barroco? Nuestro ser. Y dije poco.
Lindo en verdad! Este es uno de los poemas que se reimprimieron especialmente para la venida de los Reyes de España a Guanajuato.
Es de Alberto Ruiz Gaitán, que domina la técnica literaria escribiendo en verso como en prosa.
Poeta y teólogo. Maestro e investigador de la Universidad de Guanajuato por treinta y dos años.
Ruiz Gaitán, con su respiración entrecortada, me dice que su primer poema lo hizo a los veinte
años, para un amigo que quería declamárselo a su novia como propio para quedar bien... ''Llévale
la serenata, y cuando yo la vea y según la vea, escribiré lo que se me ocurra". Con tanto éxito, que
hasta la fecha esa pareja sigue unida... (ríe, recordando ese detalle).
LM.- Así que actuó como Cupido...
RG.- No, yo simplemente hice quedar bien a mi amigo... -Lo hice con la modestia que sólo algunos pueden hacerla sentir tan sincera. Y continúa su historia: "Mi afición a las letras surge en el Colegio de los Padres Agustinos, de Yuriria. Yo nací en Morelia, Michoacán, pero sólo viví cuatro años ahí. Los otros sesenta los he vivido en diferentes partes en Guanajuato. Ahora, sigo en esta ciudad mientras no me de el patatús. Porque me he convertido en un ramillete de enfermedades". Efectivamente, sus hondas ojeras hacen más notorios sus enrojecidos y cansados ojos. Su traje delata su delgadez, su cabeza está cubierta por un manto blanco. Sólo sus manos de aspecto joven difieren del conjunto.
LICENCIADO EN TEOLOGÍA POR LA UNIVERSIDAD DE GRANADA
LM.- Usted tiene estudios en España, señor Ruiz Gaitán...
RG.- Tuve la fortuna de estudiar en España tres años, de 1948 a 1951. Allá hice una licenciatura
en Teología en la Universidad de Granada. Y antes de irme había estudiado en el Seminario Conciliar de León.
LM.- ¿A usted le llamaba la atención ser sacerdote?
RG.-Bueno, si, pero me di cuenta de que necesitaba un grado de virtud fuera de mi alcance. Más
vale ser un mal laico que un mal clérigo. No me considero ni siquiera un buen cristiano, mucho menos me iba a considerar un buen sacerdote. Tal vez me hubiera gustado ser como el padre Sandoval o el padre Navarrete, que fueron mis maestros. O como los padres Gabriel y Alfonso Méndez Plancarte. O el padre Garibay, aquel de las barbas, que sabia desde sánscrito, griego y latín, hasta el náhuatl y otras lenguas indígenas.
Si hubiera sido clérigo, me hubiera gustado ser de ese tipo, aunque por supuesto no de esa estatura intelectual tan grande, pero por lo menos de las mismas aficiones.
Sobre la mesa donde estamos, se alinean las ediciones de sus libros. Perfiles Hispanorrievales, México forja y cantera y Viacrucis profano y saetas, lo que hace salir la pregunta: ¿Qué es la inspiración, maestro?... "No es algo venido de las estrellas, sino de la interioridad.
"Un momento emotivo", dicen ahora los psicólogos. Una emoción que uno traía en el subconsciente y que de pronto aflora a la conciencia. Yo simplemente de lo que me doy cuenta es de que me vienen ganas de escribir, sobre todo en determinados lugares.
Cuando voy a mi tierra y me siento a tomar café, empiezo a escribir en las servilletas... (le interrumpe un acceso de tos, que nos hace suspender unos momentos la charla. Ya más despejado, continúa).
Yo primero redacto mentalmente todo, y después me dedico a lo que llamamos "la obra negra", a la máquina de escribir".
LM.- ¿Aspira usted a ser un escritor famoso?
RG.- Yo no soy de los que se ponen a escribir para darle gusto a muchos y de esa manera hacerse de fama. No, ése no es mi camino.
Yo prefiero escribir lo que a mi me gusta, aunque no tenga fama. No ha -faltado quien me aconseje escribir sobre tal o cual tema. Yo recuerdo aquello que dijo Amado Nervo: "Cuando alguien se pone muy de moda, el máximo peligro que tiene es que pronto pase de moda". En todas mis actividades trato de hacerlo lo mejor que puedo, pero si a pesar de todo, las cosas no salen bien, aplico aquel viejo refrán que dice: "SI PEGA, BIEN: Y SI NO, PUES AL CABO ESTABA DESPEGADO". Y de esa manera nunca se frustra uno, ¿verdad?
MÚSICA EN SU POESÍA
LM.- Su poesía ha sido identificada con la música...
LM.- Sí. Fue precisamente Rodríguez Frausto quien le encontró semejanza con la música. Pero
yo no soy de los que sacrifican la idea al sonido. A mi la frase me brota natural, sin rebuscamientos, con facilidad. Pues las letras siempre las estudié autodidácticamente.
Yo he leído mucho, quizás más por vicio que por necesidad.
Las obras que se llaman maestras y algunas cuantas más. Todas las leí y traté de entenderlas
lo mejor que pude. Como las principales obras de los clásicos españoles de los siglos XVI y XVII...
LM.- ¿Sólo le gusta la literatura española de esos siglos?
RG.- No, no. A mi me gustan también nuestros poetas modernistas, desde Gutiérrez Nájera a Díaz Mirón, Luis G. Urbina, Amado Nervo, González Martínez, Manuel José Othón, López Velarde... Lo último que he leído en poesía es la obra de una mujer admirable, Concha Urquiza. Que nació en Morelia, pero casi no se le conoce. La Universidad Autónoma del Estado de México editó su obra, y pues mis respetos. Tiene una gran facilidad para asimilar todos los estilos. Todas las corrientes de la literatura española, desde el medieval Gonzalo de Berceo, hasta García Lorca y los modernistas mexicanos. Ella es como el zenzontle, que aunque esté imitando el canto de otras aves sigue siendo el zenzontle. Eso no lo hace cualquiera.
LA TERNURA Y LA FUERZA AL MISMO TIEMPO
LM.- ¿Entonces usted cree que hay pocas poetas mexicanas?
RG.- Para mi una de las más grandes desde luego es Sor Juana.
En León tuvimos una arandense que también tuvo lo suyo: Concha Mojica. Fuimos muy amigos y yo la estimaba muchísimo. También tenemos en México a Pita Amor, tan discutida. Tiene cosas que me agradan mucho. Esas Décimas de Amor a Dios son algo precioso. Cuando la mujer toma un tema que realmente le llega, como en este caso del amor místico, que es un amor sublimado.
LM.- ¿No es lo mismo el amor sublimado en el hombre que en la mujer?
RG.- En el hombre se manifiesta esa sublimación con más fuerza, y en la mujer con más ternura. En la mujer siempre tiene que dominar la ternura. Generalmente preferimos un padre fuerte y una madre tierna, porque al contrario seria horrible y con su sentido de humor agrega: "Oiga usted, un padre tierno se convertiría, como dicen, en un "mandilón", Que en España les dicen "calzonazos", porque sus mujeres los gobiernan a "calzonazos". Sin embargo, hay excepciones. Sor Juana, Concha Urquiza y Santa Teresa combinaban la ternura y la fuerza al mismo tiempo"... Se detiene para aclarar su garganta bebiendo la taza de té, y prosigue con su habitual sencillez que hace de ésta una deliciosa conversación: "El que haya pocas mujeres poetas no es por falta de capacidad, sino de dedicación. Antiguamente la mujer estaba limitadísima para dedicarse
a las actividades culturales.
Privaba el criterio que todavía sigue privando, según me dijo por ahí el profesor Scheffler: Que la
mujer está hecha nada más para las tres "kas", en alemán: Kirche (iglesia), Küche (cocina) y Kinder
(chiquillos). O sea que...
LM.- (Me adelanto) ¿Podemos decir que fue Sor Juana la primera mujer que se liberó aquí en
México?...
RG.- Si, y le costó mucho. Precisamente por eso podemos decir que Sor Juana fue un genio.
LM.- ¿Y qué me puede decir de las mujeres en la poesía latinoamericana?
RG.- Pues me atengo a lo que dice el padre Gabriel Méndez Plancarte: Gabriela Mistral es poeta y las demás son solamente poetisas, aunque buenas. Y detrás de Gabriela Mistral, Juana de
Ibarbouru...
UNA TAZA DE ESPUMA
LM.- Y de los hombres, ¿a quién cataloga usted como buen poeta?
RG.- En todas las épocas ha habido figuras. En la época clásica virreinal, Juan Ruiz de Alarcón.
Nuestra mejor época es la del Modernismo, o sea, desde Gutiérrez Nájera hasta López Velarde... LM.- Me refería a los contemporáneos...
RG.- Pasa que ahora quieren hacerse poetas o literatos de la noche a la mañana. ¿Y qué recursos
encuentran? La propaganda. El que tenga con qué hacer su propaganda, ¿para qué estudia? Pero
una cosa es hacerse de fama, y otra producir una obra valiosa.
Un Garlitos Fuentes, por ejemplo, tiene más fama que calidad. El caso de Garcia Márquez es igual.
Son como una taza de espuma. Si quita usted esa espuma, se queda el asiento de la taza con muy poquito liquido. Nomás que son muy listos: Aprovechan las corrientes políticas para hacerse de fama...
LM.- Pero ¿Qué me dice de Octavio Paz, por ejemplo?
RG.- Bueno, ese si sabe, ese si estudia. Aunque Salazar Mallén ha dicho en unos artículos de la
revista Jueves de Excélsior, que hasta últimamente se dedica a ser honesto, pero que antes no fue ningún modelo de honestidad intelectual.
Lo dijo Salazar Mallén, no yo - aquí alcanzo a percibir un brillo en sus ojos.
SOMOS POCOS, PERO DIVIDIDOS
Ya en tema, y con lo agradable de la charla, prosigo ahondando con el maestro, que sabiendo lo que dice, da su opinión abierta.
LM.- ¿Qué opina del grupo de intelectuales que hay en la ciudad de Guanajuato?
RG.- Pues si los hay, nada más que les sucede lo que a su nivel topográfico. Así como en Guanajuato no hay dos piedras al mismo nivel, tampoco hay dos criterios de acuerdo. Como dicen: Somos pocos, pero divididos... Hay ciudades que por su ambiente se prestan más al individualismo, que es muy respetable siempre que no llegue al yoismo- Le interrumpo para preguntarle: -¿Y aquí se juega al yoismo?... "Si, bastante marcadito", responde, y continúa:
"Aquí cada quien usa la cultura como mejor le parece. Hay quienes la usan como mecanismo de defensa. Se defienden a base de cultura, y yo creo que la cultura no es una arma, ni ofensiva ni
defensiva. A mi me gusta usarla no para ofender, sino para divertir.
Por ejemplo, con las "calaveras" que hago cada año para decirle a alguien que no se preocupe por sus defectillos, que al cabo con la muerte se le van a quitar.
Por algo dice un refrán: Cásate, y se sabrán tus defectos. Muérete, y se sabrán tus virtudes-río, divertida por lo acertado de sus refranes-.
No más que como al que se le hacen calaveras todavía no se muere, pues a ése hay que saberle sus defectos.
LM.- ¿Qué epitafio le gustaría para su tumba?
RG.- Pues uno curioso. Por ejemplo: "por si acaso me vienen a ver, discúlpenme que ya no me levante".
Y alterando su semblante, me dice seriamente deteniendo algo sus palabras: "Lo que si me gustaría que se dijera de mí, sería: "Este fue un buen amigo".
EL ULTIMO CLÁSICO
Cambio el giro, pues se ha quedado meditabundo: -Alguien lo ha catalogado como el Ultimo Clásico de la Literatura y de la Filosofía. ¿Sabía usted eso?
RG.- No. Depende de lo que entiendan por "clásico". Estaría de acuerdo si se refieren al conocimiento de la linea platónicaaristotélica y su influjo hasta nuestros tiempos. Los anticlásicos no existirían si no fuera por los clásicos. Así que... En la misma forma, las matemáticas contemporáneas tan avanzadas no podrían existir si no tuvieran detrás a la humilde aritmética...
No puedo dejar afuera algunas de sus últimas frases: "Hay que aprovechar el ejemplo de los demás y asimilarlo, como la filosofía de los japoneses que dicen:
"Los éxitos nunca nos han enseñado nada, sólo los fracasos". Y mire dónde están los japoneses.
Perdieron la guerra pero están más desarrollados que los triunfadores".
Sólo me resta decir que esta entrevista fue concertada para hacer de ella un reconocimiento al maestro Alberto Ruiz Gaitán. Que en estas líneas deja sólo una parte mínima de su inspirada poesía.
26 Abril/1987
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