Arturo Azuela - Mi vida está llena de volcanes y de fantasmas
Actualizado: 17 dic 2020
"El tamaño del Infierno", distinguida con el Premio Villaurrutia en 1973, "Un tal José Salomé", "Manifestación de Silencios", que mereció en 1980 el premio Novela de México y compartió la orden Andrés Bello, "La Casa de las Mil Vírgenes". "El Don de la Palabra".
El autor de estos libros es Arturo Azuela, escritor de estirpe novelista, y un hombre interesante.
Delgado en su piel obscura que matiza con el traje azul claro, de chaleco, y corbata a rayas, tantas como los puestos que ha desempeñado:
Presidente de la Asociación de Escritores de México;
Director de la Dirección de Literatura y Subdirector General del Instituto Nacional de Bellas Artes; Presidente de la Confederación Latinoamericana de Escritor es;
Presidente del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana.
Actualmente, Miembro del Seminario de la Cultura Mexicana y de la Academia Mexicana de la Lengua.
EL FUTURO DE UN VIOLINISTA
LM.- Maestro, ¿Cómo comenzó su actividad creativa dentro de la novela?
AA.- Fue un proceso muy, muy lento. ¡Si yo le contara la cantidad de oficios, de vocaciones que he tenido! Azuela deja escapar por un lado de su boca rápidamente las palabras-. Estudié muchos años música. De los ocho a los dieciocho años traté de ser violinista.
Luego hice el bachillerato de Ciencias Químicas. Después estudié toda la carrera de Ingeniería Civil, y mi primer título es de matemático. Estudié historia. Y estaba dedicado por entero a las matemáticas cuando empecé a contar historias de familia, y al mismo tiempo me dedicaba a quehaceres periodísticos. El periodismo fue para mí muy importante.
Fueron cinco o seis años de artículos de información científica que me hicieron aprender a dialogar con las teclas de la máquina.
Por aquellos años fueron creciendo las historias de familia. Entonces un día me dije: "Bueno, las voy a escribir". Para mí estupefacción, escribí cientos y cientos de cuartillas dedicadas a esas historias de familia, que precisamente tienen que ver con ese rumbo de Lagos hasta Guanajuato y la ciudad de México. La larga historia de una familia, su vida antes de la Revolución, y su éxodo después del período revolucionario a un barrio en decadencia de la ciudad de México.
LM-· ¿Se refiere a su novela "El Tamaño del Infierno"?
AA.- Sí, La publiqué hace catorce años, cuando tenía yo treinta y seis, y fue una gran sorpresa para mí.
LOS ALTOS DE JALISCO
Primero ingeniero, luego matemático y finalmente historiador de la ciencia, Arturo Azuela viene de una familia de gran prosapia literaria.
AA.- Pues ya ve usted, ya traía yo la música, la historia, la lectura... No era yo un lector ordenado; era un lector desaforado. Y todo eso influye muchísimo en el manejo de los símbolos, en el manejo de la palabra. Y luego los diferentes lenguajes que tiene mi infancia y mi adolescencia. Yo viví tres lenguajes, fundamentalmente:
El lenguaje de mi propia familia, que era un lenguaje de familia decente en proceso de
aburguesamiento en la ciudad de México; y luego el lenguaje del barrio bajo de la ciudad de México y el de los rancheros de aquí de los Altos de Jalisco, porque nosotros pasábamos grandes temporadas en Lagos. Nos traían en un vagón de la estación de Buena Vista en ferrocarril, y nos quedábamos todo noviembre, diciembre y enero en un rancho de mi familia situado en las faldas de La Mesa Redonda, un cerro muy cercano a Lagos de Moreno. -Dejando descansar sus ojos un poco, agrega: "Todo esto me enriqueció muchísimo sin darme cuenta".
LM.- ¿Qué representa para usted la colonia Santa María de la ciudad de México, donde están situadas la historia de La Casa de las ¿Mil Vírgenes, y El Tamaño del Infierno?
AA.- Son muchas cosas, son recuerdos, nostalgias... Es inclinación por los deterioros que ha sufrido la colonia. Es ir y venir. Yo voy constantemente al Barrio, tengo allí buenos amigos. Lo que hago en mis novelas es recrear constantemente esos escenarios, que para mí son muy atractivos.
Fundamentalmente es una necesidad de expresión. Claro, hay trabajo, hay que investigar mucho, y hay que ir a los archivos, a las bibliotecas. Es una esclavitud bárbara.
Yo creo que la novela es una obra de investigación, no nada más de inspiración o de invención.
Hay que trabajar muchísimo el lenguaje, los personajes, su desarrollo, sus itinerarios, los escenarios históricos. Hay una búsqueda, la búsqueda de la fidelidad. Pero fundamentalmente ya lo que quiero es escribir bien a mis personajes, vivirlos, recrearlos, darles una vida intensa. -Un estornudo le hace sacar el clásico pañuelo blanco-.
Unas novelas me han dado una gran satisfacción y han sido para mí realmente un camino. Nunca me imaginé que a los 34, 35 años iban a dar un viraje de esta naturaleza.
He tenido grandes satisfacciones, pero toda vía falta mucho por hacer.
De su abuelo, don Mariano Azuela, autor de Los de Abajo y otras importantes novelas de la Revolución me dice lo siguiente:
"Somos ochenta nietos y yo soy el único que escribe. ¡Así que imagínese! Sí hay grandes recuerdos.
Hay un gran ejemplo; precisamente mi abuelo es un personaje de mi primera novela, la cual, además se publicó en el centenario de Mariano Azuela, pero fue una coincidencia".
LM.- ¿Qué opina de la novela de la Revolución Mexicana?
AA.- La novela de la Revolución nos ha enseñado tantas cosas. La Revolución Mexicana es el gran tema de la novela mexicana del siglo XX, y ningún escritor, ningún novelista lo ha evadido porque no ha podido hacerlo a un lado. Ahí están los grandes escritores, desde Mariano Azuela, Martín Luis Guzmán, José Vasconcelos, y posteriormente, Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Vicente Leñero... José Revueltas también publicó algunos textos sobre la Revolución. En fin, ninguno de nosotros ha escapado a este tema.
EL MATEMÁTICO
Las novelas de Arturo Azuela son al mismo tiempo grandes dramas de pueblos, barrios y ciudades que han sufrido un proceso social "Bueno -responde mi agudo interlocutor-. Yo en mis novelas he combinado lo rural y lo urbano.
En las primeras, se juega con este binomio. Y en las últimas tres, se habla fundamentalmente de mundos urbanos. Ahora acabo de novela a la imprenta, que espero que salga en un mes.
Es muy distinta a todas las anteriores. Se llama El Matemática, y tiene que ver con experiencias de gente que vi enfrentándose a la creación matemática. Tengo una novela que se llama Avenida Insurgentes, que quizá vaya a constar de varios volúmenes. Nada mas que con los temblores del 85 la encontré muy superficial. – Junta sus manos suavemente como resguardo algo-. Después de aquella tragedia gravísima, noté que le faltaban muchas cosas y he dejado reposar. Ya volveré a ella… Tengo también la idea de algunos cuentos de muy diversa naturaleza. Y también quiero publicar un libro que contenga una recopilación de todos mis artículos, ensayos y potencias. Yo trabajo bajo por etapas. Hay que ir pensando poco a poco en los argumentos, en los personajes, en el lenguaje. Es una labor muy lenta, muy callada. A veces de una gran pasión y a veces de una gran reflexión.
Mi vida está llena de volcanes y de fantasmas, de itinerarios pasionales".
Entre los puestos académicos o de difusión cultural en la UNAM del maestro Azuela, puedo nombrar en lo que se refiere a la Facultad de Filosofía y Letras de esta máxima casa de estudios, los siguientes;
Secretario General, Secretario General de la División de Estudios de Posgrado; Asesor del Doctorado en Historia; Coordinador del Colegio de Historia; Director de la Casa del Lago; Director de la Revista de la Universidad; Director de la Dirección General de Asuntos del Personal Académico; Director del Centro Universitario de Profesores Visitantes; Coordinador del Sistema Universidad Abierta. Y actualmente dirige la Facultad de Filosofía y Letras y es profesor de Matemáticas y de Historia de la Ciencia.
AA.- Algún día escribiré una novela sobre la política universitaria en México. Enseñar es divulgar, informar... Es formar. Es uno de los grandes retos de la vida. Yo creo que la enseñanza es una gran salida hacia la libertad.
Esa libertad ha creado en Arturo Azuela una hermosa obra novelística, cargada de sentido social, de vivencias de interioridades psíquicas, que se hunde hasta las más hondas raíces humanas.
ULTIMA NOTICIA: Arturo Azuela acaba de obtener junto con Eduardo Lizalde, el Premio de Ciencias y Artes 1988, en Lingüística y Literatura.
6 Noviembre/1988
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