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Foto del escritorLuz Marcela Vera

Margarita Michelena - No soy de izquierda ni de derecha

Actualizado: 20 ene 2021

No la detienen las amenazas ni las críticas ni las calumnias, defiende a los perseguidos injustamente, se ríe arrogante de sus detractores, fustiga la política de los imperios de derecha e izquierda, pone en duda las decisiones de quién nadie se atreve a mirar siquiera… Sus artículos aparecen en diversas publicaciones y dirige el suplemento cultural de la revista ¡Siempre! En nuestro país, ella es una periodista valiente e inteligente; Margarita Michelena.


-Señora Michelena ¿Qué tan difícil es abordar los temas de crítica política y social que usted desarrolla tan magistralmente y con tanta aceptación entre los lectores mexicanos?

­- Sacando un cigarro para empezar, la Michelena responde con voz de ronco tono: “Muy, muy difícil. Hay que tener valor y destreza dentro del análisis, todo al mismo tiempo, para hacer un buen artículo de crítica política, que es lo mas difícil que hay. Yo vivo para criticar socialmente, Leo atentamente los periódicos, y de ahí elijo mis temas.

Mi temperamento es crítico y creo que la primera criticada soy yo. Tengo un desarrollo de la autocrítica muy claro; muy exigente. Gran parte de mis enfermedades vienen de ahí, de que me exijo muchísimo…

- ¿Y siempre fue así, señora?

- Siempre…


- ¿También de Niña?

-Igual, traviesa, como todos los niños, pero en general muy estudiosa y muy seria. Leía muchísimo. Desde los cinco años empecé a ganar concursos en la escuela. Era una especie de don. Otros pitan o componen música... En mi casa vivíamos en un ambiente político. Mi papá era socialista y nos enteraba de lo que pasaba: La guerra de España, la segunda guerra mundial, en fin... Y claro, mis compañeritos me aburrían terriblemente. Era una bola de idiotas, y yo desde chiquilla andaba en la lucha.

Ya en la Universidad, era un volcancito.

Di mucha guerra, por lo menos en donde pude. Siempre he sido muy activista.

-Pero ha tenido que afrontar a su vez muchos juicios en varios de sus artículos…

-Es muy natural. Mi materia es polémica. En México no hay nadie que piense como yo. Hay que respetarle al lector su libertad de criterio. Yo no le quiero impartir nada a nadie. Sólo expongo mis puntos de vista, y escribo sin pensar en quién puede estar de acuerdo. Yo lo hago con razón y con mucho fundamento. Conozco gente que escribe alegremente de lo que sea y buenas noches. La gente que critica, por lo general, es muy superficial, sin información. A la gente no le gusta reflexionar, y se enoja cuando uno apela a su conciencia y a su reflexión.

Les gusta que les den las cosas ligeras y fáciles de mascar. El hecho de que lo lean a ritmo con cierta frecuencia, quiere decir que uno se distingue de los demás por alguna razón.

Generalmente es lo que se llama garra.

Un escritor sin garra no va a ninguna parte, por muy culto y limpio que sea.

Uno nace con garra, como uno nace con ojos azules.

LA HAZAÑA DE MI VIDA

Defensora del ingeniero Díaz Serrano, Margarita Michelena luchó por la justicia, su credo.

-Es inocente, Jorge es inocente - repite convencida -. Yo conocí a Jorge hace mucho tiempo; y era un hombre sumamente rico, y para entrar a la política se desprendió de todo.

-¡…!

-Se quedó con un pequeño capital de 700 millones de pesos: Él, que había sido multimillonario. Vendió todo porque tenía interés de servir públicamente. Entonces, ¿Cree usted que él entraba a un puesto a robar?... Sería una estupidez. Se queda donde está y sigue ganando millones.

Yo revisé su proceso detenidamente, y me parece que Díaz Serrano fue víctima de una calumnia infame y de una consigna política... Jorge es absolutamente inocente.

-Pero las cosas se veían muy negras... Mucha gente la calumnió.

-Sí, pero nunca nos desanimamos.

Jorge es una persona maravillosa. Es de una fortaleza tal, que es un super hombre. Entonces era muy fácil escribir de un hombre con esas enormes cualidades morales, de esa serenidad, de esa fuerza. Nunca bajó la cabeza, y eso pues nos animaba a defenderlo cada vez más. Yo estuve pendiente del proceso en todas sus fases, y mi comunicación con sus abogados era constante. Iba a verlo a la cárcel y sabía todo lo que estaba sucediendo. Y logré, claro, con la ayuda de mucha gente, algo que considero la hazaña de mi vida: subvertir la opinión pública en relación con su caso. Se dijo que me habían dado tantos y cuantos millones.

No es cierto. ¿Quién me iba a dar y con qué? además, yo nunca habría aceptado nada, y menos de Jorge Díaz Serrano, ¡por Dios!.

Le voy a decir lo que hizo en la cárcel, para que vea que es un alma grande.

Se dedicó a dar clases de mecánica diésel. Él pensó que tenía que estar integrado y que los presos no tenían instrucción para trabajar, y se dedicó a transmitir sus conocimientos de diseño en materia de ingeniería mecánica electricista, en lo cual es un experto.

También enseñó inglés, francés e historia del arte, música... Los presos lo insultaban al principio; ahora le dicen "Don Jorge" y lo visitan los que ya salieron.

EL SOCIALISMO VERDADERO

- ¿Y usted políticamente como se considera, de derecha o de izquierda?

-No soy de izquierda ni de derecha, yo soy de centro. Yo para nada echo pestes contra el socialismo. Todo mundo tiene derecho a comer, a tener un techo, a tener salud, a tener escuela... ese es el socialismo de centro, el socialismo verdadero que dé bienestar y educación y salud y comida para todos... Si actualmente hubiera un hombre en la izquierda que valiera la pena, lo respetaría. La izquierda de México no tiene la menor cultura ni la menor educación. Es indispensable que haya una izquierda verdaderamente organizada y brillante con una gran responsabilidad histórica.

-Sin embargo, ahí tenemos a un Clouthier o a un Lombardo Toledano, hombres valiosos, que aún sin estar de acuerdo con ellos...

- ¡Ah, ¡cómo no! De talento, personalidad y garra. Aunque no comulguemos con sus ideas, pero en la democracia no es necesario. Al contrario.

- ¿Cómo considera usted a Don Plutarco Elías Calles?

-Como el padre de las instituciones mexicanas, nada menos. Es el autor del México moderno.

- ¿Y a Cárdenas?

-Era un hombre de carácter, eso sí. La expropiación le salió muy bien, pero cada bracero golpeado que anda por ahí, es una prueba de que Cárdenas se equivocó con la reforma agraria.

- ¿Y Díaz Ordaz?

-Me parece que fue un presidente, un hombre de gran dignidad y de gran talento, con todos los errores que se le puedan atribuir. López Mateos fue encantador, con un gran carisma. Era frívolo, pero inteligente y encantador.

Echeverría se equivocó, pero fue honrado al aplicar sus ideas...

- ¿Y López Portillo cómo lo cataloga?

-Para ese sí no hay excusa ni nada. Es hombre frívolo, irresponsable y criminal. Él tiene la culpa de la crisis en la que vivimos. Tomó el poder como su patrimonio personal. Es el peor de los presidentes que hemos padecido.

- ¿Y su opinión del pasado sexenio?

-El licenciado De la Madrid hizo un trabajo en silencio y a solas, sin aplausos y sin nada, y logró realmente muchas cosas, inclusive dejó sentadas las bases para la renegociación de la deuda, porque él es un gran experto en cuestiones económicas. El preparó las condiciones para que llegara Salinas.

Fue realmente un hombre que trabajó con mucho patriotismo y mucha serenidad, y nadie le agradeció su trabajo.

EL PRI YA CUMPLIÓ SU CICLO

Entre cigarro y cigarro, apasionada sus opiniones, La señora Michelena entra al tema de la democracia mexicana. "Aquí no ha habido democracia. El monopolio del PRI ha sido como el monopolio del partido comunista del Este, claro, sin los rigores de aquello. Entonces el mexicano acostumbró a la tutela y por eso no tiene sentido cívico verdaderamente.

Pero ya vimos que empezó a despertar.

Desde las últimas elecciones residenciales para acá, es otro tiempo el de México. ¿Sabe qué pasó? Que empezó a emerger el periodismo crítico muy en serio, y la gente empezó a leer en gran proporción. El periodismo no tenía la libertad que ahora tiene. Había muchos controles sutiles, pero la democracia es inevitable, al fin y al cabo. Yo creo que el PRI ya ha cumplido su principal ciclo. Ya tiene sesenta años en el poder. Yo no quiero que desaparezca, pero sí que figure como otro partido cualquiera y no como el partido del gobierno".

- ¿Qué hay del fenómeno que se dio en las mujeres al volcarse al PAN?

-Pues por tradicionalismo. Las mexicanas son así en su mayoría, y el PAN les ofrece lo que ellas buscan. Los desarrollos son muy lentos. Yo creo que la mujer está aflorando apenas.

Desde que la mujer tuvo acceso a la universidad las cosas cambiaron.

Ahora participan muy activamente en la política, leen los periódicos y comentan. Ha sido un despertar maravilloso para estos "patitos sentados”.

- ¿Patitos sentados?

- Así les llaman los publicistas. Es decir, seres que reciben todos los mensajes, los asimilan y los obedecen.

Ese tipo de mujer va desapareciendo.

Ahora han surgido jóvenes briosas, llenas de ideales, que quieren que haya control natal, que no quieren ser simplemente máquinas reproductoras como antes, que quieren participar en la vida profesional y pública. El tipo de esposa encerrada, sufrida, golpeada, tiende a desaparecer... ¡Bendito sea Dios!

-Aquí intervienen en mucho los medios de comunicación. En especial la televisión, señora. ¿Qué piensa usted de la forma que está funcionando la televisión privada?

-Yo creo que están muy por debajo de sus deberes. Es más, están violando la ley de radio y televisión. Lo que quieren es un negocio pronto y rápido.

Y cuanto más idiota se haga la gente, es mejor. Una empresa de idiotizar, eso es la televisión. Con una gran cantidad de series gringas que están allanando el espíritu nacional, la lengua, las costumbres... En Europa ordenaron la reducción de un cincuenta por ciento de las series americanas, porque se preguntaron: ''¿Tenemos derecho a ser lo que somos? ¿A conservar nuestras tradiciones?" Si hubiera alguien en México que hiciera esas preguntas se compondrían las cosas. Pero claro, en un momento dado, Televisa es un arma terrible de convencimiento, de publicidad para el propio gobierno.

Ese es el secreto de la inviolada prosperidad.

- ¿No tiene el hombre conciencia del daño que hace al pensar y actuar solamente en su propio beneficio?

-Mire usted, lo primero que le sucede a un político muy poderoso o a un rico poderoso, es que pierde la conciencia.

No les importa nada. La gente que llega a esa situación no tiene moral.

¿Usted cree que el asalto a Panamá es hijo de la irreflexión? No, es hijo de la falta de conciencia y del despotismo, de la falta de moral. Al pueblo norteamericano lo han idiotizado. Son Rambitos ensorbecidos, corrompidos...

Y al pueblo panameño, pues se lo merendaron. Nada es capaz de mantener la ola imperialista. Tiene más futuro un pueblo con un dirigente como Gorbachov, que va a hacer que renazca su pueblo democratizando el socialismo. En cambio, Bush, lo mismo que el señor Reagan, no quieren ser más que los grandes capitanes del imperialismo. No les importa otra cosa que su poder soberbio, no digo del pueblo, digo de los gobernantes. Los pueblos siempre son las víctimas...

Y haciendo una pausa, Margarita Michelena reflexiona en voz alta: "Al hombre le falta respeto en sí mismo y de los otros, o como dice la doctrina cristiana: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.


14 ENERO 1990

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