Raphael - No tengo remedio: soy así para toda mi vida
Actualizado: 26 dic 2020
Digan lo que digan los demás, Raphael afirma ser el primer cantante español de música popular que logró triunfar a nivel mundial, presentándose en escenarios tan importantes como el Olimpia de París, El Bolshoi de Moscú o el Madison de New York. Su éxito es debido no solamente a su voz privilegiada, sino también a los originales movimientos que ejecuta al cantar, evocación de una coreografía flamenca.
Es un artista que se deleita sin pudor al ejecutar su trabajo. Pero también como luchador sabe endulzar a base de encanto y canto.
Sentado en la suite que ocupa este día, después de una discreta señal que ha hecho a su representante para que nos deje solos, Raphael luce como expresión permanente, un gesto travieso, con sonrisa burlona, picara. Que ha convertido en su tarjeta de presentación.
"Mira, yo soy así" -me dice con acento español-. "No tengo que fingirme el malo ni fingirme el bueno, ni el encantador, ni el angelical. No, ya. Yo soy así para toda mi vida. Soy un hombre tremendamente latino, o europeo latino.
Muy apasionado. Lo que pasa es que mi fogosidad la suelto en el escenario, y luego me quedo todo aplanado". (Risas).
LM.- ¿Tienes muchos imitadores?
R.- Muchos. En cuanto levantan la mano ya me están imitando.
Creo que he creado una escuela.
Se imita al que se admira mucho, ¿no?
LM.- ¿Y qué piensa Raphael de Raphael?
R.- Yo no pienso nada sobre mí.
No pierdo el tiempo. De todas maneras, no tengo remedio. Mi vida es un trébol de dos hojas; mi familia, que es mi mujer y mis hijos, ya que mis padres murieron este año, y mi carrera, que es mi público, mi profesión... No me gusta hablar de política ni de políticos. Me aburren mucho. No soy hombre político.
Para nada. A mí me interesa la paz mundial y las enfermedades incurables.
Mientras habla, maquinalmente se arregla su pelo algo canoso, pero de corte moderno que le cae sobre la frente. O recarga la mano en ese mentón de barbicerrado, llevando uno de sus dedos a la boca.
LM.· ¿Qué es es el aplauso para ti?
R.· Huy, el aire que respiro. El público me hace sentir que no pasan los años. Es mi gran aliado. Y esto lo digo sin ningún tipo de vanidad, el público me quiere mucho. Unos días más y otros menos.
Ahora, no te voy a decir que nervios no tengo cuando salgo al escenario.
Siento un ligero pellizquito en el estómago. Es que hay gente que nace para una cosa, y gente que nace para otra. Yo nací artista.
Mi madre me parió artista. Dicen que la palabra parir no suena muy bien aquí, pero es lo correcto. Porque dar a luz suena un poquito cursi. Bueno, pues yo tengo la inmensa suerte de ser profeta en mi tierra. Soy querido y respetado. A los 18 años ya marcaba yo caminos y pautas en España.
LA MEJOR VOZ DE EUROPA
Y con orgullo cuenta a la vez que cruza la pierna enfundada en jeans, que deja ver el uso de botines negros con tacón: "Yo empecé a cantar a los cuatro años en el coro de un colegio de párvulos. Ahí estuve hasta los nueve. A los catorce ya estaba en el Olimpia de París, donde gané el primer premio A la Mejor Voz de Europa, acompañado por Los Niños Cantores de Viena. Ahí se decidió mi vida. Si quieres que te diga que al principio la pasé muy mal y tuve mucha hambre, mentiría. Desde el primer momento en que yo salí en la televisión, fui el niño mimado de todos los españoles. Cuando me presenté en el Festival de la Canción del Olimpia, me llevé ocho de los diez premios que se otorgaban, y aparte el de la crítica y el premio al mejor intérprete. Así empezó todo".
LM.- Bueno, y sobre tu ropa, ¿por qué te gusta el negro?
R.- Porque en ese color nadie se distrae durante las dos horas media que dura mi presentación.
(Y no cuento chistes ni nada.) La gente se fija en lo que yo hago.
Normalmente salgo de blanco, y al tercer número sin dejar de cantar, en un rincón en el que la gente no me puede ver, me pongo el traje negro.
LM.- ¿Todo, todo, o sólo el saco?
R.- Todo, todo...
LM.· ¿Con una mano?
R.- No. Me sostienen el micrófono para que pueda seguir cantando... Aunque alguna vez me atoré, pero me disculpé diciéndole al público: "No he podido quitármelos ". (Reímos).
NO EXISTE OTRA
LM.- A ver, Raphael, platícame: ¿sigues enamorado de tu mujer?
R.- Totalmente. No existe otra ni puede existir, porque no hay otra. ¡Qué ojos extraordinarios!
Los ojos de mi mujer nada más los tiene ella. Se le van tiñendo según la ropa que se vaya poniendo. Es lo más bonito que tiene. Es chiquita, pero está bien formada, y eso que ya pasamos de cuarenta los dos. En julio cumplimos 16 años de casados. Durante años en España se ha creído que mi esposa me mantenía. Y es que terminábamos de comer, y entonces ella, que está muy bien educada, sacaba el dinero de su bolso así por debajo, y me lo daba para que yo pagara. Pero me harté de esa comedia -y riendo agrega; "ahora ella paga delante de todo el mundo”.
LM.- ¿Crees que tus hijos llevan también el canto en la sangre?
R.- Sí, ninguno se quiere dar cuenta, porque papá es tan fuerte en ese sentido que les da miedo. Es muy difícil ser hijo de...
LM.- ¿Cuándo viniste por primera vez a América?
R.- Cuando tenía ya siete u ocho años de haber iniciado mi carrera.
Por una película que tuve que rodar en Argentina. De ahí fuimos recorriendo: Perú, Colombia, etc., hasta terminar en México, y fue tal enamoramiento entre México y yo, que aquí me tienes. Mi hijo el pequeño es mexicano. Con eso te digo todo. Desde la comida, me enloquece... y cuanto más pique más me gusta. Además, el picante arrastra toda la mucosidad que puedas tener en la garganta.
LM.- ¿Te gusta la vida?
R.- Sí, siempre que vivan los míos y que viviera todo el mundo en paz y tranquilidad. Esta es una de las razones por las que no leo los periódicos.
LM.- ¿Entonces cómo te enteras de las noticias?
R.- Jacobo, mi compadre, me las da en comprimidos...
LM.- ¿?…
R.- Jacobo Zabludowsky.
LM.- Bueno, antes no te has hecho piedras en el hígado, y en la cabeza. Pero, dime: ¿Cómo fue que decidiste cantar en los palenques?
R.- A mí la que me picó fue Lucha Villa; "El día que te presentes en un palenque te comen" (en el buen sentido de la palabra).
Entonces el año pasado le dije a mi representante: "Quiero hacer cuatro palenques. Quiero ver qué es eso. A ver si puedo o no con ellos". En mi vida he visto una cosa más fácil. Mi primera presentación la hice en diciembre pasado y salí vestido de frac. Fue una locura.
LM.- ¿Encontraste alguna diferencia?
R.- Ninguna. Yo siempre digo que no hay público bueno ni público malo. Hay artistas malos y artistas buenos...
Y para Raphael, esto significa una próxima función, un viaje programado, un tiempo para una entrevista. Todo para su público.
Luchando por su lugar al reafirmar: Yo soy aquel...
3 Abril/1988
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