Alejandro Lazo - Nuestro deber es diseñar para la gente de escasos recursos
Actualizado: 20 dic 2020
El arquitecto Carlos Lazo fundó en México la primera escuela de diseño, financiada por el Instituto Nacional de Bellas Artes, y su hijo Alejandro decidió seguir las huellas de su padre haciéndose diseñador industrial, pero agregando un elemento nuevo al diseño de formas y estructuras y funciones: el sentido social.
En la mañana, después de sustentar una conferencia para los alumnos de la UBAC, el diseñador industrial Alejandro Lazo me recibe con un apretón de mano rápido y amable. Me introduce enseguida en una oficina no muy grande de tonos claros que hacen destacar más su figura toda en negro clerical.
Alejandro Lazo, quien no suele gesticular cuando habla, empieza a soltar sus palabras enmarcadas por una boca chica para lo cuadrado de su cara, con una mirada fija que rara vez parpadea, y que denota concentración sobre su tema. "La primera escuela de diseño que hubo en México, fue fundada en 1950", me dice Alejandro.
"En ese entonces había todo un movimiento de maestros de diseño que hablan salido de Alemania, (que es el alma mater en esta área y la arquitectura en el mundo), a las principales universidades de Estados Unidos, donde tuvieron contacto con mi padre y otros arquitectos mexicanos de la época de los 40s. -Y cruzando con calma su pierna, empieza a hacer algo de historia-. Como te decía, la carrera nace en Alemania, antes de la Segunda Guerra Mundial. El coche Volkswagen, el coche del pueblo, es uno de los primeros productos del diseño industrial.
(Si tú comparas los primeros modelos con los actuales, te das cuenta de que no hay diferencia realmente. Las calaveras o las ventanas pueden ser más grandes, pero el diseño es el mismo). Después de la guerra toda esa gente queda desempleada, y son absorbidos por las universidades norteamericanas.
Ahí va mi padre a estudiar su maestría en urbanismo, en el que de alguna manera el diseño está implícito. Entonces cuando él regresa a México, construye la Ciudad Universitaria y organiza en 1952 el Congreso Pan americano de Arquitectos, al que invita a todos sus amigos, que eran las vacas sagradas de la arquitectura.
Y ahí nace el diseño industrial ya profesional".
UNA PROFESION CON SENTIDO SOCIAL
LM.-Como presidente fundador del Instituto Nacional de Diseñadores Industriales y Gráficos, dime: ¿Cómo nació este Instituto?
AL. - En los talleres de la Iberoamericana, hacíamos diseño de muebles de oficina en acrílico para ejecutivos y cosas por el estilo.
Junto a estos talleres había unas casas de gente de escasos recursos.
Entonces yo les dije a mis compañeros: "¿Cómo estamos haciendo una serie de cosas en acrílico finísimo, puliéndonos en ello, si nuestro deber socioeconómico es hacer cosas para servir a la mayoría? Y de ahí surgió el Instituto Nacional de Diseñadores, para trabajar ya profesionalmente en 1973, tratando de conectarnos tanto con las gentes del gobierno como industriales, para promover nuestra profesión con un sentido social.
LM.- Alejandro, todos los despachos de diseño hacen más gráfico que industrial, ¿a qué se debe esto?
AL. - Para los industriales, es más fácil comprar un molde o troquel ya usado en el Japón o en los Estados Unidos, que fabricarlo.
Ahora, la apertura del Gatt va a ser muy importante porque el incremento de la competencia va a ser un estímulo para los diseñadores mexicanos. Quizá en el área de electrodomésticos sea muy difícil competir con otros países, pero en mobiliario y enseres domésticos si podemos hacer cosas inclusive para exportación, aunque no podemos utilizar materiales tan sofisticados como Italia, porque nuestras necesidades reales no lo permiten. Por ejemplo, en México hay un déficit de más de 6 millones de viviendas. Y el diseñador debe contribuir a solucionar esos problemas.
LOPEZ PORTILLO AYUDO MUCHISIMO A LOS DISEÑADORES
LM.- ¿Y quién lleva actualmente el liderazgo?
AL.- En mobiliario, Italia; en automóviles, Alemania; en electrodomésticos,
Japón; en otros productos Taiwán, Estados Unidos...En el congreso de Diseño que hicimos en 1979 nos preocupamos por delimitar las áreas de los diseñadores: vestido, alimentos, transporte, educación, salud, trabajo, telas... Y además tuvimos muy buenos resultados con la visita de los industriales, de los trabajadores de la CTM, desde Fidel Velázquez, y de López Portillo, quien nos apoyó económicamente. Además de que fue muy importante su asistencia al Congreso.
Las escuelas del país participaron mostrando lo mejor de cada una.
A la fecha hay 32 escuelas que imparten la carrera de Diseño Industrial y Gráfico en la República Mexicana. Yo creo que en general las universidades del país están desintegradas del aparato productivo. Las mismas universidades deberían buscar canales de comunicación con la industria, entrando por el lado del servicio social, hasta que llegue el momento en que seamos tan necesitados como un plomero o un electricista, tan necesarios como un doctor o un dentista.
SANGRE, SUDOR Y LAGRIMAS
Alejandro Lazo, tiene en su currículum ser presidente de la Academia Mexicana de Diseño, del Patronato Nacional de las Asociaciones de Diseño, y representante de México ante la Organización Mundial del Diseño. ¿Cuál es tu función en estas instituciones?
AL.- Difundir la imagen de México en el mundo. Desde nuestras raíces, nuestras costumbres. Mostrarlas poco a poco, a través de conferencias en las universidades y en los congresos, lo que nos ha costado sangre, sudor y lágrimas, como dice la canción.
Alejandro empezó con la carrera de diseño industrial en 1969.
Cuando los directores y maestros de la carrera eran arquitectos o ingenieros. Al recibirse, Alejandro toma diferentes cursos de diseño en Japón. Y dos posgrados y una maestría en arte urbano y en zonas marginadas. ¡¡Y está estudiando la carrera de derecho!! "Esta carrera me interesa mucho por la legislación sobre patentes y marcas, que es muy importante en el país. Estamos promoviendo con los funcionarios de la Secretaria de Comercio, que los estudiantes de diseño hagan su servicio social en la Dirección de Patentes y Marcas, para que en un futuro sean peritos en ello, haciendo más fáciles los trámites del registro".
Sé que Alejandro Lazo tiene que volver a sus múltiples actividades. El tiempo se ha deslizado platicando, sin que se haya checado el reloj. Por lo que nos despedimos, mientras Lazo con voz apasionada y ojos de líder me dice: "La carrera de diseño es de las pocas profesionales en las que, lo que se ejecuta, puede permanecer en el tiempo como un idioma que todos entiendan y que manifieste el poder de creatividad de la cultura que la original".
7 Agosto/1988
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