José Rodrigues Frausto - Resolviendo no menos de 15 problemas en el instante
Actualizado: 20 dic 2020
A los treinta años de edad, el abogado José Rodríguez Frausto abandonó su próspero despacho en la ciudad de México, para dedicarse por completo a la música.
Con sus ahorros podía vivir tres años sin trabajar, y este plazo se dio para tener éxito como músico clásico. "Me jugué un albur. Yo estaba establecido como abogado en México. Tenía mi despacho propio, mi clientela, todo lo que puede aspirar un abogado que empieza. El problema es que no me gustaba, y entonces yo padecía mucho por eso. Yo siempre tuve la inquietud por la música. Desde los seis años toqué mandolina, de oído, logrando hacer un repertorio de 50 piezas. Ya con mis nueve años, me nombraron integrante de un grupo de marimberos.
Estoy hablando de 1924", me dice recordando con orgullo, mientras se arremanga un poco su pantalón al sentarse en la salita de su oficina, dentro de la casa habitación que trabaja como Escuela de Música en esta ciudad. "Ya estaba en la secundaria cuando empecé a estudiar el violín con el maestro Jesús Rosas, aquí en León; pero cuando mi familia se dio cuenta de que mi interés por la música era en serio, pues me empezaron a hacer la guerra, que sigue en pie contra la música como profesión. Yo fui víctima de ese prejuicio, y me hicieron abogado... En 1945 cerré mi despacho. Y con los ahorros que logré hacer, vi la oportunidad de dedicarme a la música (ríe aprobando sus palabras).
El problema gravísimo es que empezaba con este género porque me gustaba, pero lo que no sabía es si servía para músico.
Yo ya estaba casado. Fue una loquera propia de la edad, pero me resultó. Dejé una situación ya hecha. Para iniciar otra en la que nadie me aseguraba el éxito. Con mis ahorros yo podía seguir viviendo tres años, y entonces me dije: "Si en ese término fracaso, me regreso al despacho". El estudio de la carrera de leyes me sirvió mucho. No para la música sino para el desarrollo mental, de tal manera que mi progreso en el estudio de la música fue realmente rapidísimo. Fíjese usted, cuando uno toma una decisión, aunque sea incongruente, si uno se respeta, la gente lo hace también".
LM.- ¿Y qué pasa al cumplirse los tres años?
RF. - Antes de llegar al término se me empezaron a abrir las puertas ya como músico, con la buena música únicamente. La otra no me llamaba la atención.
LM.- ¿Cuál es para usted la buena música?
RF.- Pues la música denominada clásica, la de los grandes compositores que ha sido inmortal. Yo no aspiraba a meterme a la XEW para acompañar cancioneros, no... Ingresé a la Sinfónica Nacional, ingresé al grupo de concertistas de Bellas Artes, fui concertista de una orquesta de Cámara de la Secretaria de Educación. Esto último es lo que yo tenía cuando se ofreció lo de Guanajuato...
UNA IDEA DE AGUILAR Y MAYA
El maestro José Rodríguez Frausto -traje gris claro; camisa blanca y corbata café- no se cala los lentes que lleva al frente, sólo los saca para dejarlos a la mano junto a una rosa natural de tono amarfilado que atenta oye de la idea del licenciado Aguilar y Maya, entonces gobernador de Guanajuato, de formar la primera Orquesta Sinfónica en el Estado.
Por lo que manda llamar a Rodríguez Frausto, encomendándole dicha tarea, y asignándole la cantidad de 250 mil pesos anuales como presupuesto. El Lic. Torres
Gómez, que fungía como Rector de la Universidad, le propone hacerse cargo de la Escuela de Música.
LM.- Dígame, maestro: ¿Cómo fue en un principio?
RF. - Pues realmente pudiéramos hablar de un milagro, por la fuerza de una idea o de un propósito firme. Se quería que la Sinfónica de Guanajuato sirviera primordialmente para la superación artística, económica y social de los músicos del Estado de Guanajuato, pero buscando en los municipios de León, Irapuato y San Francisco del Rincón, sólo logramos encontrar 18 músicos, y ninguno de ellos había trabajado antes en esto. Por fin el 11 de febrero de 1952 hicimos el primer ensayo.
En realidad, la Orquesta Sinfónica en un principio empezó como una orquesta clásica; es decir, en las cuerdas, viola, violín, violoncelo, contrabajo: de aliento, dos flautas, dos clarinetes y dos trompetas; y de percusión, dos timbales, nada más. Ya después se nos unieron otros 17 de San Luis Potosí y de Zacatecas. Llegamos a tener 42 integrantes.
LM.- Maestro, actualmente hay una carrera de dirección de orquesta, ¿Usted llegó a estudiarla?
RF.- Yo tomé dos cursos -y con su experiencia personal cobijada bajo ojos pequeños que contrastan con el tamaño de su nariz enmarcado por su pelo que lo lleva peinado con parido para atrás, me dice: "Pero hasta la fecha no tengo bien aclarado si la dirección de orquesta se enseña, porque las cualidades que se necesitan para dirigir una orquesta deben ser innatas. Y si no las hay, así se tornen todos los cursos imaginables, no se hace nada. Es como alguien que quiere volar sin alas. Sin oído, sentido natural del ritmo, sensibilidad, ¿Qué se hace?
SE LES TAPAN LAS OREJAS
LM.- Me decía usted que el concepto del músico está mal entendido en México...
RF. - Si, aquí en la Escuela ya hemos tenido diez o doce casos muy dolorosos. Muchachos con claro talento musical no aguantan el de la familia.
Le puede perdonar cualquier otro oficio, menos que sea músico.
LM.- ¿Y usted cómo influyó en su hijo? Ahora él está dirigiendo la orquesta que usted fundó...
RF. - Bueno, yo no traté de influirlo o de obligarlo a que fuera músico. Él también es abogado, pero nunca ha ejercido (reímos).
Él ya estaba en la orquesta como violinista y estudiaba la abogacía, cuando me dijo que le interesaba la dirección. Entonces yo le expliqué: "La dirección no es el único camino del músico ". -Al pedirle que abunde en el tema del papel del director, entrelaza sus manos y me dice: "El director de orquesta debe tener un oído, ¿Cómo le pudiéramos llamar?, señora, muy panorámico. Porque conocemos a varios y muy buenos instrumentistas, que son muy buenos músicos, con buen oído, pero que ya parados en el pódium quien sabe qué les pasa. Se les tapan las orejas. Como que les impone la presencia de los demás, o su nerviosismo les impide oír con claridad las cosas. El director de orquesta, al estar tocando, está resolviendo no menos de 15 problemas en el instante; tonalidad, compás, velocidad a el tiempo, nombre de las notas y su valor, accidentes de las notas, los matices, ver la batuta, las digitaciones, la afinación... Y todo con don de autoridad, porque pararse ante músicos no es tan fácil. Son los jueces más severos:
"éste no la'ce, toca notas falsas, no tiene ritmo"... Cuando el músico le pierde el respeto al director, es la muerte ".
UNA FUSION LA SOLUCION
LM.- Maestro, ¿Cuál es su opinión de la Filarmónica del Bajío?
RF. - En primer lugar, entre Filarmónica y Sinfónica no hay ninguna diferencia. Ya había una orquesta con 35 años de antigüedad a la que hay que darle apoyo.
Además ¿Qué hacen dos orquestas sinfónicas en una ciudad como Guanajuato? Creo que no se planteó bien el asunto. No se tomó en cuenta la carencia de músicos. Y entonces ve usted un altísimo porcentaje de extranjeros, que hay que pagarles en dólares...
LM.- Una fusión, maestro, sería una solución que ayudaría a resolver dos problemas. Puesto que una tiene los músicos y la otra el apoyo económico. El que sale ganando es Guanajuato.
Al maestro Rodríguez Frausto se le han iluminado los ojos. "Uh!! ¡Lo que podríamos llegar hacer...Imagínese qué Orquesta De primera!... "Así haciendo planes, dejo a un hombre que durante 33 años dirigió la música que representó a nuestro Estado con suaves voces que vibran en la memoria.
29 Mayo/1988
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