Jorge Vertiz S.J -Ser maestro les enseñara a juzgar las cosas y los hechos
Actualizado: 20 dic 2020
Es en 1960 cuando la Compañía de Jesús manda al padre Jorge Vértiz a hacer todas las transacciones necesarias para cerrar el Instituto Lux de esta ciudad de León, Guanajuato.
Pero con la visión y empuje que caracterizan al padre Vértiz, no sólo no cumplió su misión, sino que en lugar de eso, consolidó y amplió el Instituto construyendo un nuevo edificio, y fundó la Universidad Iberoamericana, en la que hasta la fecha es Rector.
Con un cielo totalmente limpio y el aire lleno de sol, he llegado hasta la oficina dentro del recio
edificio que alberga a la Universidad Iberoamericana. El padre Vértiz atento me recibe y empieza
a platicar cuál fue el giro que tomaron las cosas a su llegada hace 28 años. "Todo fue de una manera un poco milagrosa', por la fe de la gente de León -me dice con voz fuerte, dejando escapar humo de su boca-. Cuando los padres de familia descubrieron que se iba a cerrar el colegio, se fueron con el Obispo a Roma, y después de unos meses, recibí una carta del Secretario de la Compañía , en la que me comunicaba que el Padre General había pedido al Provincial que reconsideraba el asunto, lo cual era señal que el problema estaba resuelto. Y se anulaba esa disposición. Uno de los fines de la Compañía de Jesús es trabajar para aquella gente que no les llega la educación. Sin embargo -aclara Vértiz-, muchos de nosotros pensamos que se pueden hacer las dos cosas. Y en aquel momento el problema era la construcción del colegio. Necesitábamos adquirir un terreno que medía 97 mil metros cuadrados, que era del Gobierno. Ahí estuvo una normal rural, luego un campo experimental.
Torres Landa fue director de esa normal rural, por eso le tenía mucho cariño... Y nos quería
ceder el terreno por medio de un decreto, y entonces yo le dije:
"Mejor véndame el terreno, porque viene otro Gobernador y con otro "decretito " nos manda a volar". A lo cual él me contestó: "Me parece muy bien. ¿ Y quien lo va a pagar?" -Usted le dije-.
Entonces me extendió un cheque por 250 mil pesos para comprarlo".
UN CENTRO DE IRRADIACION EN TRES MESES
Sentado atrás de su escritorio, con una camisa de manga corta color rosa pálido de cuyo cuello desabrochado cuelga una corbata oscura de pequeños puntos, el padre Vértiz recarga sus brazos velludos sobre una carpeta obscura, mientras nuestra plática continúa.
LM.- Padre, la primaria del Instituto Lux es parecida en su estructura a las escuelas del CAPFCE, ¿porque?
PV.- Efectivamente. Yo fui a ver al arquitecto Artigas, que entonces era el director del CAPFCE,
"Oiga, arquitecto, le voy a proponer hacer una buena obra; vamos a hacer una escuelita en León".
Y aceptó , lo cual significa que todas las estructuras del colegio, están hechas con materiales prefabricados, y eso nos bajó mucho los costos. ¡La hicimos en tres meses! El proyecto de la secundaria, que es una estructura sumamente sólida, me lo regaló un arquitecto
de México muy amigo mío, y en una comida los leoneses juntaron 500 mil pesos para terminarla.
Durante su periodo de rector en 1968, Vértiz deja hechas la primaria, la secundaria, la preparatoria, el edificio de los laboratorios y deja recaudado gran parte del dinero con el que se hace la biblioteca.
LM.- Dígame: ¿Cuál es el propósito de un colegio en un centro de desarrollo tan notable como es
León?
PV.- Para mi el trabajo del Colegio no se puede encerrar en cuatro paredes, sino que tiene que
haber una apertura a los problemas y a todas las circunstancias de su contexto social. Un colegio
es como centro de irradiación. A mi me extrañaba mucho que una industria tan importante como es la curtiduría, dependiera del exterior cien por ciento, en lo que se refiere a insumos. Esto le decía yo a Rodrigo González Calderón, porque él tenia Pieles Titán. Yo creo que de esas pláticas nació la idea de hacer Química Central, que tiene el monopolio, prácticamente, de todos los cromatos...Y tras los lentes la viveza de sus ojos adelanta con visión futurista los hechos: "Yo siempre les decía que era necesario hacer una universidad aquí, porque yo vela el problema de León de que los negocios eran realmente talleres familiares, la gente era tremendamente trabajadora, pero no había una organización industrial ni empresarial".
PREPARAR PARA LO QUE SE VA A VIVIR
LM.- De manera que usted piensa que la educación ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de los procesos de producción de nuestra ciudad?
PV.- Yo pienso que educar es preparar a la gente para lo que va a vivir. Nadie duda que el alma de
EMYCO fue el papá de los Martínez Treviño, pero el negocio empieza a crecer y se diversifica
cuando los hijos, con más preparación, entran al negocio. Y lo mismo sucede con los Battaglia.
Yo les digo mucho aquí a los maestros: Una cosa es enseñar matemáticas o geología, cosa muy noble y muy necesaria, y otra cosa es ser maestro. Ser maestro es dejar una huella en los discípulos, abrirles caminos, enseñarlos a juzgar las cosas y los hechos que pasan alrededor, enseñarlos a pensar. Esto es lo que hace que cambie la gente. Tengo la convicción de que lo que se siembra va a dar frutos, aunque a veces no inmediatamente.
Yo creo en la enseñanza personalizada, por que la enseñanza se dirige a una persona y no a un ser
abstracto. El otro día llamé a un alumno que deja para ocho días antes del examen una serie de
cosas. (Puede estar metido en un problema muy fuerte, o no tiene metodología, o es poco capaz, o se puede ser un flojonazo marca diablo).
Pero yo le dije: "Mira, para qué hacernos bolas: o te corriges este semestre, o te vas". Esa es educación personalizada (reímos).
LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA DE LEON
Jorge Vértiz, con su Maestría en Filosofía y Letras, relata con gusto la historia de la IBERO con esa confianza de formar parte de la obra: "La Universidad Iberoamericana empezó a trabajar en el l. Lux, en 1978, con 21 alumnos en la carrera de Ingeniería Industrial.
En 1981 llegué a sustituir en la Rectoría a González Quevedo.
Alquilamos una casa en la calle Mérida, y luego la casa de los dominicos, allá en Fátima. La primera piedra del edificio la pusimos en este terreno que nos regalaron los Salís. Ahí la teníamos guardada porque el Patronato no tenía los 20 millones que se necesitaban para la construcción. Entonces les dije: "Pues miren, como ustedes están muy pobres yo les voy a prestar 10 millones y mañana empezamos la obra". Claro que yo no tenía dinero. Pero me fui a México y le dije a un amigo: "Oye, me metí en un lio. Regálame diez millones de pesos". Soltó una carcajada, pero me dio cinco (risas).
En abril de 1983 fue la inauguración del Campus". Y mientras se recarga en su sillón, me dice como consejo: ''Si quieres hacer una cosa, la haces. La voluntad de hacerlo es definitiva, Y agrega: "Una universidad tiene tres funciones:
La transmisión de conocimientos, la difusión cultural y la investigación. Son tres actividades esenciales para que pueda darse una universidad… Ahorita nos metimos a fundar tres carreras con el criterio de ayudar a León: Ingeniería Agropecuaria, Nutrición, y la ciencia de los alimentos”. Al preguntarle ¿Qué hubiera hecho si no hubiera sido jesuita?, no espero su respuesta, “Creo que hubiera sido usted un gran empresario”.
PV. – Yo pienso que hubiera sido médico, que es una cosa que me ha interesado toda mi vida.
Pero estoy en el lugar en que me he metido. Soy un convencido de que México es un gran país, pero siento que falta mucha solidaridad entre los mexicanos para resolver los problemas.
Vértiz platicó también sobre experiencias que ha vivido en relación con el Gobierno; cuando estuvo en la CONFEDERACION NACIONAL DE ESCUELAS PARTICULARES, en contacto con la Secretaría de Educación Pública, con otras Secretarías y con el Presidente de la República, para resolver problemas que se presentaban en la educación privada.
De Pepe Campillo, líder universitario que se volvió el gobernista más empedernido del mundo. De la capacidad de Muñoz Ledo. Y del derecho de picaporte que le dejó todo eso. "Si se tiene buen humor se divierte uno mucho".
LM.- Me despido con un apretón de manos. Cuando la luz de la ventana ha cambiado haciéndole un marco dorado a sus espaldas...
Así dejo al jesuita Jorge Vértiz, hombre forjador de hombres.
5 Junio/1988
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