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Foto del escritorLuz Marcela Vera

Vicente Fernández - Soy feo, pero medio simpático

Actualizado: 26 dic 2020

Sombrero en mano, vestido de charro, con un traje de antílope color mamey, donde resaltan en café obscuro discretos dibujos y abotonaduras de plata que adornan el frente y los lados de las piernas, Vicente Fernández, de mafia rojo al cuello y sostenido por botas obscuras, luce toda una obra artesanal, elaborada por dos sastres de Guadalajara: Elías Reyes y Toño Garnacha.


UN DOCTOR SIN TITULO

Figura representativa de la canción mexicana, charla "parado" -a causa del traje- momentos antes de su actuación, con notorio nerviosismo.

LM.- Señor Fernández, ¿tiene usted alguna inclinación por interpretar a ciertos compositores?

VF.- No, yo grabo canciones buenas, sean de quien sean. Yo pienso y escucho una canción primero. Si es buena, la grabo. Y si es mala, no la grabo, no importa de quién sea. Para mí lo importante es la canción, no el autor, en el buen sentido de la palabra. No porque sea de un compositor de mucho renombre voy a grabar una canción que yo crea que es mala, o que no va con mi estilo. Para mí es una gran satisfacción que, por ejemplo, uno de los éxitos que he tenido es de un muchacho de aquí de León, El Tapatío. A él lo conocí en un restaurant. Llegó y me dijo: "Oiga, Don Vicente, aquí le traigo esta canción, a ver qué le parece...

"Él es un compositor desconocido todavía. Pero así empezamos todos. -Y sonriendo agrega: "Es como la carrera de un doctor, nomás que en ésta no se obtiene un título. Siempre hay que estar luchando. Como leones defendiendo a sus cachorros. A mí el público me ha dado lo suficiente económicamente para no trabajar si no quiero, pero el cantar es un escape que ya tengo".

Vicente nació en Huentitán el Alto, Jalisco. A los ocho años tocaba la guitarra interpretando música del campo, lo que le hace participar en un concurso de aficionados en Guadalajara, donde empiezan los contratos y giras. Y una vida diferente. "Antes no tenía ni para comprar un caballo. La diferencia cuando se tiene y cuando no se tiene, es que el que tiene puede ver las cosas que le gustan y puede practicarlas. Y el que no tiene, puede verlas pero no practicarlas".

LAS MUJERES ME QUIEREN Y LOS HOMBRES ME RESPETAN

LM.- ¿Qué es lo que más cuida de su persona?

VF.- La imagen que el público se ha formado de mí. En el caso mío, ya me siento una gente que el público me ha hecho famoso, pero positivamente. Me quieren.

Porque puede haber una persona muy famosa, pero muy poco querida.

LM·- Y de sus dones que tiene, ¿Cuál es el que más cuida?

VF.- El que más cuido es mi garganta, con una disciplina de no comer cosas grasosas y dormir mucho. Pero de ahí en adelante soy una persona normal. Porque pienso que cualquiera podría cantar. Lo difícil es que el público lo aguante. (Ríe).

LM.- Si usted hubiera sido mujer, ¿cree que hubiera tenido las mismas oportunidades de éxito?

VF.- Pos de la que sí estoy seguro es que me hubiera llenado de hijos. -Me hace reír mientras continúa:

"Bueno, pues bendito sea Dios que me ha dado esa suerte de que las mujeres me quieran y los hombres me respeten. En la imagen que el público tiene de mí, los hombres me quieren como amigo, como hermano; las mujeres me ven igual, como un amigo, aunque algunas me pueden ver en otra forma, si son solteras, si son chamacas". Y pasándose la mano por su negra y bien acomodada cabellera, a la vez que se alisa el bigote perfectamente recortado, me dice: "Yo me veo en el espejo y pienso: Soy feo, pero medio simpático" (reírnos, mientras continuo con el mismo tema).

UNA MUJER, MUJER

LM.- Dígame, ¿Cómo le gusta la mujer?

VF. - Me gusta la mujer que sea mujer, la belleza es aparte...La belleza creo que es secundaria.

Le voy a hacer la misma pregunta.

¿Cómo le gusta un hombre? ¿Le gusta un hombre que sea hombre, o le gusta un hombre guapo?

LM.- Un hombre me gusta primero por su interior, por su forma de pensar, por sus valores...

VF. - Por eso le digo, a mí me gusta una mujer, mujer. Si ya después tiene lo de acá y lo de todos lados, qué bueno. ¡Ya salí ganando!

La entrada de su apoderado es señal de que todo está listo y a tiempo para su presentación, lo que hace que al cantante y artista le vuelva a invadir el nerviosismo, que lo hace moverse continuamente.

LM.- ¿Qué significa para usted el éxito?

VF.- Es la manera de poder aquilatar la responsabilidad que el público y Dios me han dado para salir a un escenario. Pero el día que no me ponga nervioso ya no soy Vicente Fernández. Es lo que le decía de la responsabilidad...

LM.- ¿Y siempre le pasa lo mismo?

Vicente Fernández, a modo de despedida y riendo contesta: "No, al principio no, porque no había nada que perder".

Maquinalmente se coloca el ancho sombrero y sale por la puerta.

Sin haberse arrugado el ajustado traje.

8 Mayo/1988

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