José Chávez Morado - Un artista comprometido
Actualizado: 10 ene 2021
EI camino de Pastita (lugar de paixtle, hierba que abunda) topa con una
enorme arquería del siglo XVIII de la que fuera Hacienda de Beneficio de los Escalera, hoy propiedad del matrimonio Chávez Morado. El lugar es la morada de dos artistas con buen gusto. Aparte del estudio del maestro, está la torre que es la casa y estudio de su esposa Olga Costa, pintora también.
Cuando llegué al segundo piso hasta donde se encontraba el maestro, me sorprendió al verle con una gorra, jorongo café a rayas y paliacate al cuello, dando la sensación de una naturalidad perfecta.
El maestro Chávez Morado me explica que está saliendo de una gripe que lo ha mantenido unos días encerrado.
Y con la pregunta "¿Se considera usted un artista comprometido?", empezamos esta entrevista.
CHM.- Sí, pero de alguna manera muy amplia. Soy una gente que tiene un concepto de la política, de la justicia, de la libertad. Y lo expreso a través de mi pintura en lugares públicos, en los murales.
Pero cuando pinto cuadros de caballete no me expreso de esa manera, porque el cuadro de caballete pasa a ser propiedad particular, Y entonces el grito se quedó en una casa... Sí, yo me siento comprometido.
LM.- ¿La idea que de una obra tiene usted originalmente es la misma al iniciarla que al terminarla?
CHM.- Eso es lo que busco. En cualquier arte, el fondo de toda creación son vivencias. De la infancia, de la adolescencia, de lo cotidiano... Hay que saber cómo sublimar esas vivencias. En la literatura, por ejemplo, hay mucho de autobiográfico. Para no ir muy lejos, cuando conoce uno cómo ha sido Rulfo, sabe que en su literatura está haciendo relatos biográficos.
Pero lo importante es que esos relatos son elocuentes y de gran honestidad. Yo creo que en todo creador es lo mismo, hasta en aquellos que son abstractos.
Un hombre de genio como Paul Klee hace una pintura del todo abstracto, pero que lleva una carga de tipo sublime en la que obviamente va él, ¿verdad? Esa carga humana es fácilmente identificable en un pintor figurativo como yo.
EL MURALISMO
LM.- ¿Qué opinión le merece José Vasconcelos con su apertura al "arte público", en la época que fue Secretario de Educación y surge el movimiento del Muralismo?
CHM.- Fue genial, en una palabra,
pero lleno de las más abominables
contradicciones. A ese hombre tan contradictorio y tan grande, yo lo conocí en los peores momentos de su actuación. Fue incluso empleado de la Embajada Alemana nazi. Sin embargo tiene todo mi respeto. Era un hombre equivocado, pero sin él posiblemente no hubiera surgido el Movimiento Muralista Mexicano.
El metió de contrabando al gobierno
de Obregón un movimiento de cultura a gran escala, popular pero de gran calidad también. Y cuando se habla de "popular" no se trata exclusivamente de campesinos o del proletariado. De ese movimiento formó parte el Muralismo, como también la edición de los clásicos, por ejemplo. Era un hombre apasionado...
LM.- Usted se incorpora al Muralismo Mexicano en 1935, con su primer mural en Jalapa, Veracruz...
CHM.- Sí. Fue un acto de audacia, porque yo no tenía todavía capacidad pictórica. Había llegado a México en 1931, y cuatro años después de estar aprendiendo a pintar, con los compañeros Feliciano Peña, un querido amigo mío de Silao que ya murió, Olga y Francisco Gutiérrez, pasamos unos días felices en Jalapa.
Pero nadie se puede arrepentir de un hijo, ni puede uno decir que es feíto (reímos).
LM.- Octavio Paz llama al Muralismo un arte ideológico...
CHM.- Yo no veo nada de malo en que sea ideológico. Lo malo es que sea estúpido o banal. Pero cualquier pintura, hasta la más cargada de contenido, si no tiene alores pictóricos, es decir, decorativos, no es buena pintura. Octavio siempre está renegando del compromiso y del artista con una ideología, pero él también tiene la suya, lo que pasa es que él no la declara porque es una ideología conservadora. Acaba de hacer, por ejemplo, un ataque muy violento contra la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Desde hace muchos años se ha sabido que la escuela está en crisis, por el desorden que causa la intervención de jóvenes maestros que luchan supuestamente por una ideología, ya sea cristianismo, socialismo, comunismo, fascismo. Pero lo hacen destruyendo los caminos para su misión didáctica. Entonces Octavio no descubre nada al referirse a este fenómeno de la escuela y al mismo Muralismo. Todo el mundo sabe que los muralistas hemos pintado para gobiernos reaccionarios.
Muchas veces yo hice murales en la época de Miguel Alemán en la Ciudad Universitaria, y Miguel Alemán le dio la vuelta a la sartén de la conducción política inclinándose hacia la derecha. Si no hubiera sido por Diego, Siqueiros y Orozco, sobre todo por Diego, la pintura moderna mexicana no existiría. Yo digo que la actitud de Octavio es intransigente y de poca visión. El está imbuido por una actitud contestataria y ya eso significa que tiene una ideología.
(El ambiente lleno de luz contrasta con los pinceles que se amontonan, un caballete y dos libreros donde se leen títulos como: Monet, Paul Cézanne, Orozco, Impressionism, Modigliani, Bonnard, The Art of Matisse, The Olmecs...).
EL REALISMO SOCIALISTA NO SIRVE NI SIQUIERA PARA LOS FINES POLITICOS
LM.- Maestro, usted que ha estado varias veces en paises socialistas y sabe que no existe la misma libertad que en México, ¿cree en la necesidad de la independencia del artista?
CHM.- Si, si creo en la independencia del artista. Nunca he estado de acuerdo con la actitud de los conductores de la política cultural de la URSS. Hoy mismo se está luchando por romper ese cerco, y el señor Gorbachov quién sabe si lo logre, porque parece que tiene grandes resistencias en contra. En Bulgaria es diferente.
La segunda vez que fui, me pude dar cuenta de que allí existe, lo mismo que en otros países de régimen socialista (Y también en los de supuesto régimen democrático, porque aquí también lo hay), un control político, pero para mi sorpresa, en el campo de las artes plásticas hay toda la libertad en todas las escuelas. Además permiten que los artistas salgan y vuelvan cuando quieran.
LM.- Eso es en Bulgaria...
CHM.- Sólo conozco Bulgaria y la URSS. No es así, según me han dicho, en Rumania y en otros lugares, donde ha habido una rigidizarían y además una burocratización de los campos culturales.
Cuando estuvimos en la Unión Soviética como invitados, Olga y yo hicimos un viaje a las ciudades históricas y vimos museos maravillosos, como el Hermitage y otros, pero la pintura que hacen actualmente los soviéticos, el famoso realismo socialista, ¡es pésima!.
No sirve ni siquiera para los fines políticos.
LM.- Sin libertad no puede haber una expresión artística valiosa.
CHM.- Si. Además es muy fácil coartar la libertad cuando la obra no se puede vender. Ese es uno de los defectos que tiene todavía Bulgaria, porque allá les compra el Estado todo. El artista tiene que vender, y el mercado es pavoroso.
Aquí tenemos una dictadura que ejercen las galerías y los museos.
Entonces la libertad absoluta no existe.
Para tocar el tema de la mujer, mi pregunta es: -¿Qué ha significado para el artista la convivencia con la figura femenina? Cruza los brazos, cierra los ojos -quizá evocando su imagen- y responde: "Para mi Olga ha sido...
¿Qué diremos? No puedo hablar de porcentajes porque ha sido mi vida. Casi ni la puedo imaginar sin convivir con Olga. Todo matrimonio es una gran sorpresa. El éxito del nuestro radica en que siendo tan distintos nos hemos tolerado. El matrimonio es como dos piezas que se van formando hasta que encuentran cómo articularse. Pero en el camino saca uno muchas chispas (lo confirmamos riendo). Yo he recibido una educación de mi esposa Olga, y ella de mí creo que también. Un hombre que se casa y no deja que su mujer lo eduque está perdido...''
CHAVEZ MORADO EL PROMOTOR
José Chávez Morado se ha interesada por la educación artística, inclusive pasó por profesor, inspector y jefe en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (antigua Escuela de San Carlos) y en la Escuela de Pintura y Escultura del INBA. Ha sido director de la Escuela de Diseño y Artesanía Moderna que está en la Ciudadela, Director por diez años del Museo de la Alhóndiga y ahora mismo está impulsando el Museo del Pueblo en Guanajuato, Gto. "Es muy importante motivar el arte. Para mí, en cierto modo, es que ver con la respuesta a su primera pregunta. Estoy comprometido en motivar a la gente a pensar, a gustar del arte, a sensibilizarse. Lo primero que empecé a hacer fue dar clases, y no crea usted que por vocación, sino por que necesitaba ganarme la vida.
Cuando empecé, en los años 20, no había galerías y los compradores eran muy pocos. Entonces a los pintores los mandaban a dar clases de dibujo en escuelitas primarias de cualquier barrio de México, lo cual era frustrante a veces. Una vez me dieron un horario de dos a tres de la tarde, y los niños llegaban después de comer y tomar pulque, y se dormían en los mesabancos durante la clase.
Pero eso no me quitó el interés, pues a la larga eso hizo que entregara mi pensamiento de pintor a la arquitectura, que es uno de los grandes retos que tiene el artista.
Cómo hacer que la obra monumental no rompa con la arquitectura sino que se integre y la engrandezca.
LM.- ¿El Gobernador actual está tratando de promover la cultura?
CHM.- Espero que sí, pero creo que todavía no ha dado muestras de gran empuje don Rafael. Mire usted, tenemos a un buen elemento al frente de Educación, pero si no se le da dinero, ¿Cómo se puede hacer algo sin dinero? Yo creo que el Sr. Gobernador , por sus anteceden tes, es un hombre culto muy inmerso en la política. El mismo lo ha dicho: "La política es mi campo". Entonces yo no creo que tenga la intención de frenar la actividad cultural. Ahí tenemos la Filarmónica del Bajío. En TV, afortunadamente, le dieron una sacudidita a RTG, que aun con su pobreza técnica, emite buenos programas. Pero no se puede hacer algo importante sin dinero.
Ahora no todo le corresponde al gobierno, debe haber también participación privada.
NO TENEMOS UN MURAL DE DIEGO GRACIAS A LAS BUENAS CONCIENCIAS
LM.- Maestro, ¿por qué Diego no aceptó pintar en la Alhóndiga con usted?
CHM.- No, no es que no aceptara. Antes que él dijera si o no, ya lo había eliminado la presión de los carcamanes, de las "buenas conciencias!' de Guanajuato.
A Diego no se le llegó a hacer la invitación. En el año 53, el gobernador Aguilar y Maya, el cual adolecía de El Mal de la Botella, aceptó invitarlo. Pero entonces vino el escándalo que produjo el letrero "Dios no existe" en el mural del Hotel del Prado, y se voltearon las cosas. El Gobernador dijo que no quería que se repitiera el escándalo aquí. Diego quedó muy dolido. Gentes como Manuel Leal, el maestro Sierra, la profesora Elisa López, que Aguilar y Maya fácilmente se hubiera quitado de encima, fueron los que tuvieron la culpa. Don José no quiso molestarlos porque ingenuamente pensaba que podía llegar a ser candidato a la Presidencia de la República. Esa fue la historia.
LM.- Diego tenia un carácter muy especial, ¿verdad? ¿Fue su amigo?
CHM.- Bueno, amigo no. Porque, mire usted, Diego podía ser encantador, pero los pintores teníamos que estar con él a la defensiva o entregarnos. Y yo no me entregué. Entonces tuve conflictos con él y por eso nunca fui su amigo. Era una gente que tenía más malicia que la serpiente. Decía que no venía a Guanajuato porque olía muy mal. Y efectivamente, en ese tiempo todavía no se entubaba la calle subterránea (reímos). Sin embargo, cuando ya estaba de Gobernador el Dr. Rodríguez Gaona, vino invitado por el Rector Armando Olivares. Y fue a ver mi mural; dice Lupe que se emocionó y lloró...
NO SOLO LOS MARXISTAS SON IZQUIERDISTAS
LM.- ¿Por qué milita usted en el PSUM?
CHM.- Durante mi juventud sucedió un hecho memorable que sacudió a todas las gentes de mi generación: la Guerra Civil Española.
Fui a España con una delegación que estaba integrada por gentes como Octavio Paz, Juan de la Cabada y Silvestre Revueltas.
Esto decidió el rumbo de mi vida en cuanto a política. Cuando volvimos a México se inició la agresión del nazismo en el Mundo. Y entonces, no todos pero sí muchos, nos inscribimos en el Partido Comunista. Yo sé que el Partido ha tenido grandes errores, pero todas las organizaciones, Políticas, religiosas y privadas, los han tenido. Ahora el Partido ha evolucionado: dejó el stalinismo, ha roto con el sectarismo, y todavía no es un partido que responda a las expectativas de los hombres, pero es lo que tenemos y de los partidos que existen es el más congruente con mi tendencia. Sin embargo, ya no es posible decir que solamente los marxistas pueden ser de izquierda. Hay cristianos, sacerdotes incluso, que tienen una tendencia progresista. Hay una tendencia de la Iglesia hacia la liberación. Yo solamente rechazo a aquellos que son totalmente deshonestos, y de cualquier filiación política que sean. El Estado en México está en manos de un partido que es el culpable del desastre. Yo nunca he estado ni nunca estaré con el PRI.
LM.- Maestro, ¿tiene usted algún proyecto para su ciudad natal, Silao?
CHM.- ¡Ay! no, no tengo ninguno.
Se lo confieso. Silao quedó en los recuerdos de mi infancia, de mi adolescencia. Tenía allí amigos, pero ya murieron o se han ido. Entonces yo me encuentro un pueblo que no es el que yo conocí, y que cada vez es más feo. A veces me han reclamado algunos: "¿Por qué no vienes a hacer alguna cosa?" Pero si aquí en Guanajuato el mural de Juárez que regalé a la Presidencia Municipal, está lleno de papel mascado y de polvo, ¡Imagínese lo que pueda pasar allá! No, que me disculpen mis paisanos geográficamente, no sentimentalmente.
Y relata algo de su niñez: "Me tocó una época de pobreza. La Revolución había saqueado. Las revoluciones son a veces necesarias, claro, pero son destructivas.
Destruyen a un régimen injusto, pero también a mucha gente que no tiene ninguna culpa. Mi padre tenía un pequeño comercio. Y se quedó en la miseria porque a veces llegaban los militares y se llevaban las cosas sin pagar, o pagaban con billetes que no tenían valor. Mi madre murió cuando tenía ocho años, y me encontré en la soledad de un muchacho rebelde que no quiso irse con su madrastra, y me quedé con mis tías, que tenían una biblioteca llena de libros ilustrados que comencé a copiar. Así nació mi vocación por pintar. Mi inclinación hacia el arte la atribuyo también a mi educación católica.
Pienso por ejemplo en las comuniones de los viernes primeros: ver que les ponían la hostia en la boca a muchachas muy bonitas fue para mí una educación de tipo estético y hasta erótico... Puedo decir que tuve una infancia feliz.
Mi pueblo también me quería." Y con su voz sedante reflexiona: "Uno pasa por las mismas cosas que otros, pero cada quien recoge lo que quiere".
Testigos de esta entrevista fueron cinco hermosas piezas de arqueología que sentadas a cierta altura, lucían orgullosas su pasado.
Han pasado las horas, la conversación con el maestro Chávez Morado ha sido relajada. Sus citas señalan la estructura del pensamiento artístico que guía su hacer profesional. Pero su obra es la que manifiesta más elocuentemente su pensamiento.
Me cuesta trabajo despedirme del artista, que me acompaña todo el trayecto hasta la salida custodiada de una variedad de plantas y de dos perros que juguetean entre nosotros.
Hay que admirar el ejemplo que él y su esposa nos han puesto, al aportar sus colecciones particulares para los museos de Guanajuato.
Con esto nos han legado un compromiso al que no podemos ser indiferentes
25 Enero/1987
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