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Foto del escritorLuz Marcela Vera

Luis Nishizawa - Una lección de lo que debe ser un pintor

Actualizado: 18 ene 2021

Hijo de japones y mexicana, el maestro Luis Nishizawa pintor reconocido nacional e internacionalmente converge en perfecta síntesis de ambos acentos: la finura del arte japonés con la del mexicano. Acentos que ejerce con una paz y tranquilidad que transmite inmediatamente, desde su atento recibimiento a la puerta de su casa de ambiente oriental ubicada en pleno Coyoacán, en la ciudad de México , vestido de chamarra de mezclilla y cómodas ghetas (sandalias japonesas), hasta en la creación de obra fuerte y violenta o tinta vaporosa y delicada.


UN MEXICANO CON SANGRE JAPONESA

Luis Nishizawa camina silencioso entre los pequeños perros que corretean entre sus piernas y la delgada lluvia de este mediodía, llegando al área de trabajo donde se amontona cuidadosamente una gran parte de la obra de este artista contemporáneo galardonado con la presea José Maria Velasco y el Premio Nacional del Paisaje, por sus grabados en litografía, aguafuerte y mexografía.

Por sus dibujos con tintas y acuarelas. Por su cerámica. Por sus oleos temples y acrílicos. Considero un honor el hecho de tener sangre japonesa, pero yo nací aquí y me considero completamente mexicano. Nací en un pueblo donde tuve mis primeras experiencias con la naturaleza y siempre me ha gustado mucho el paisaje mexicano" Evoca aquel lugar de nopales, Tenopalco, y a su padre: Un gran japonés. ¿Lo que más le admiraba? La lealtad y sobre todo la honradez.

¿De mi madre? Su bondad -responde rápido-. Mi madre vivió unos años maravillosos en Europa a principios de siglo. Ella había vivido en Alemania, y cuando yo era niño me hablaba de la música que había escuchado en aquella época . Y tal vez influenciado por lo que ella me platicaba estudie piano y composición. Hoy, después de 40 años lamento haber dejado de tocar. Me gustaba mucho sobre todo improvisar. Lo que pasa es que la pintura me absorbe de tal manera que ha sido mi vida, y ahorita estoy trabajando 12 horas diarias.

Ya en la academia de San Carlos Luis Nishizawa es influido Hiroshige y Fougita a la vez hace amistad con Trinidad Orosio, Jose Gómez Rosas “El Oletonte” y Goitia. Entre el cuerpo de maestros que luchaban por un robusto desarrollo de la cultura artística estaban: Julio Castellanos, Alfredo Zalce, Antonio Rodríguez Luna, Jose Chavez Morado. Ninguno de ellos negaba el arte público de dimensiones mayores, pero defendían con firmeza la pintura de caballete.


"Mis compañeros y yo, como estudiantes de arte, siempre soñamos con realizarnos dentro de una pintura mural, una pintura de carácter monumental.

Teníamos los ejemplos de varios muralistas, y para mí el más grande era Orozco ... Cada ocho días un grupo de artistas íbamos a la sierra que se llama Santa Catarina, por la carretera a Puebla, a pintar. En ese lugar conocimos al Doctor Atl, asiduo también a esa serranía, a quién los campesinos lo corrieron de ahí porque como no les llovía, dijeron que él era "un brujo", y que su pintura se llevaba el agua ... " (Ríe divertido, recordando).


- Maestro, cuénteme sobre esos grandes personajes de la pintura.


- Generalmente, he sido alérgico a esos "grandes personajes" porque siempre los iba uno a importunar. Eran gentes tan ocupadas, tan llenas de trabajo, que no debía uno de salir con su domingo siete. Pero Diego Rivera sabía de mí y me lo presentaron.

Con Orozco coincidimos muchas veces. Y con quien sí tuve una relativa amistad fue con Siqueiros. El llegó a venir a mi casa. Cuando él estaba haciendo el mural en Cancerología y yo en Inmunología, nos hicimos amigos. A Goitia lo conocí a raíz de que participé en el concurso que se llamó Un Salón de Invierno; en el que Goitia, Tamayo , Siqueiros y otros fueron jueces, Francisco Goitia me propuso para el primer premio... Muchas tardes llegaba Goitia a platicar y descansar a mi estudio, se sentaba en un sillón muy viejo que tenía, y me enseñaba unos proyectos que traía en su bolsa llena de cosas, pero era una gente de pocas palabras. No quería que la gente supiera que era un gran artista. Y lo que decía, lo decía con un calor, con un sentimiento, que me impresionaba mucho. Yo conocía su obra Tata Cristo, que es una de las grandes obras mexicanas. Y para mí era un honor encontrarme con el autor. Considero que Goitia me dio una lección de lo que debe ser un pintor. Su taller de la Parada del Torito, era una cosa extraordinaria. Completamente primitivo, con techo de lámina . . . Era un tanto, ¿cómo podía decir?, místico. El me mandó llamar unos días antes de su muerte, precisamente en esa casa de piedra que tenía muy bien barrida ahí en Xochimilco.


Siempre he dicho que Francisco Goitia ha sido uno de los grandes pintores espirituales ...

El ARTE DE ENSEÑAR


Conocedor del grabado japonés, Nishizawa ha visitado varias veces Japón, donde realizó un mural y es invitado en forma constante a dar cursos sobre técnica del grabado. El maestro con su sencillez explica: "El grabado japonés, como todas las disciplinas básicas, es muy fácil en teoría pero muy difícil en la práctica. Primeramente, porque la madera es muy diferente a la que tenemos aquí en México. La de allá es madera de cerezo y otras muy compactas que no se encuentran aquí. Yo he hecho un poco de sumen, que es una técnica de blanco y negro, y un poco de nijonda y un poco de pintura japonesa".


Desde 1955 Luis Nishizawa forma parte del profesorado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, con tal dedicación y constancia que le merecieron el Premio Universidad Nacional. Para él, enseñar es un aprendizaje permanente.


"Encuentro que los jóvenes mexicanos tienen mucho talento plástico. Tienen un talento natural, pero la técnica se ha olvidado completamente, no solamente en México sino en el mundo. Podría decir que la gran técnica se pierde desde el Renacimiento. La técnica es un modo de expresión, no un fin. Yo he querido dar a los muchachos una solidez en su expresión.

Pienso dar clases mientras pueda porque, (sonríe) me sigo sintiendo joven, sigo soñando. Lo único que lamento es que el tiempo sea tan corto . . . Tengo treinta y tres años como maestro, procuro enseñar lo que sé, no tengo ningún secreto en el aspecto técnico, deseo transmitir lo importante que es el trabajo, la honradez consigo mismo, no pensar en hacerse famoso o rico, sino pensar en transmitir algo a sus semejantes; hacerlos partícipes de lo bello. Lo importante es ser, y luego cómo ser".

Luis Nishizawa.

1 OCTUBRE 1989

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