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Foto del escritorLuz Marcela Vera

María Sánchez - Una vida llena de amor a los niños

Actualizado: 21 ene 2021

Sonriente, joven, pequeña de estatura, los cabellos entrecanos res tirados en la nuca.

Y un clásico collar de perlas sobre una blusa floreada. Así es su físico de María Sánchez, Directora del Colegio Constancia y Trabajo quien ama con fruición lo que hace, y muestra a sus alumnos ese placer que le tintinea en el alma.



SIN RESPONSABILIDAD NO HAY EXITO


La mañana en el primer patio del Colegio es clara y fresca, como sus palabras:

MS.- Sí, inculcar el sentido de responsabilidad no sólo es necesario, sino básico. Para cualquier actividad que se desarrolle, si no hay sentido de responsabilidad, no hay éxito.

LM.- Señorita, ¿a qué edad piensa usted que es conveniente que el niño entre en las reglas del orden, en la educación de la escuela?

MS.- En pre-escolar, a los cuatro o cinco años. Y para la primaria, a los seis. Por que más chicos todavía no asimilan como debe ser. Sin embargo, eso también depende del desarrollo mental de cada niño, porque hay niños que son precoces y asimilan cosas que ni los mismos adultos imaginamos.

LM.- ¿Qué significa la educación en su vida?

MS.- Pues todo, desde que empecé a trabajar aquí muy joven, recién titulada, con la señorita Camarena. En ella encontré no una directora, encontré una amiga, una compañera. Siempre me apoyaba diciéndome: "Lo que usted quiera, lo que usted haga y como lo diga, está bien".

LM.- ¿Había algún nexo familiar entre ustedes?

MS.- Ninguno, amistad nada más. No nos conocíamos. A mí me recomendó el Lic. Cabrera, que era maestro de baile en la Escuela Normal. Y el Dr. José de Jesús González, que en paz descanse, quien me aconsejó que no trabajara en la dirección de una escuela oficial en San Francisco del Rincón. Yo lo dediqué todo al colegio. Tomé el trabajo como cosa mía. Puse mis cinco sentidos, todo mi empeño, mis esfuerzos.

Empecé a trabajar con grupos mixtos. Mi primer grupo era de siete alumnos. Era un colegio chiquito, y nada más había hasta segundo de primaria. Después se puso el tercero, y luego yo sugerí el cuarto. Y así, hasta terminar con el quinto y el sexto. El colegio se llamaba "Josefina Camarena".

Cuando se dividió el colegio y las niñas pasaron a una comunidad religiosa, me pareció un trabajo muy ligero y me llegué a encariñar mucho con mi primer grupo de niños... Recuerdo que ahí estaban los hermanos Salís y Paco Moreno (q.p.d.) a quien le escribí una composición. El nunca dejó de mandarme un ramo de flores para el día de mi santo. La composición se titula "Tus Rosas". El no la conoció, y con ese pesar me quedé... Del grupo de niñas, que son más emocionales, más sencillas, recuerdo a Josefina Ruiz Camacho - respira hondo y agrega - :

-Eso ya son generaciones muy pasadas...


NECESARIO DARLES SUS NALGADITAS


A lo lejos, en las sencillas oficinas, se oye el sonido anticuado de un teléfono que interrumpe momentáneamente nuestra conversación.

LM.- ¿Por qué no continuaron con una secundaria?

MS.- El que mucho abarca poco aprieta. Creo que estamos desarrollando lo mejor que podemos en una labor básica que sirva a los niños cuando vayan a la secundaria.

LM.- Según las teorías actuales, al niño hay que corregirlo solamente con palabras. ¿Qué piensa de esto?

MS.- La práctica es muy diferente a las teorías psicológicas y pedagógicas. Debemos conocer la psicología y también la pedagogía, pero no dejarnos guiar ciegamente por ellas. Porque al aplicarlas no siempre surten buen efecto. Claro que es aconsejable no tocar a los niños en cuanto sea posible. Pero de vez en cuando sí es necesario darles sus nalgaditas. El maestro debe usar el castigo como medio correctivo, pero haciéndole sentir al niño que el castigo es fruto del cariño que el maestro le tiene.


LOS LIBROS DE TEXTO CARECEN DE CONCEPTOS


LM.- ¿Cuál es su posición respecto a los libros de texto?

MS.- Al niño hay que pedirle según su capacidad de asimilación.

Para que el niño asimile un conocimiento, se necesita que el maestro se lo prepare como un alimento, para que lo aproveche mejor. Y si no está bien preparado, lo daña. Y con la experiencia que le han dado los años en esta área, continúa: Los libros de texto tienen sus ventajas y sus desventajas. Están llenos de buenos ejemplos, lo que faltan son conceptos. Tan malo es que el niño nada más practique, como que nada más aprenda definiciones.

Con los libros de texto el maestro necesita estar muy bien preparado, porque precisamente como no trae conceptos, el maestro los debe tener, precisos, seguros, para manifestárselos a los alumnos.


NI RICOS NI POBRES DECENTES


LM.- Señorita, ¿por que sigue usted cobrando colegiaturas tan bajas, a diferencia de los demás colegios?

MS.- Yo creo que una escuela no debe tender a formar un capital, sino a satisfacer las necesidades educativas de la sociedad.

Nada más. Y así lo estamos haciendo.

El colegio no es para niños ricos, ni para niños pobres. Es para niños decentes, para niños que quieran aprovechar.

LM.- ¿Por qué les inculca usted el canto a los niños?

MS.- Porque es un elemento de gran poder educativo. El canto, la poesía, las artes entran en el terreno de la educación, de la cultura. Así como la religión. Todo debe ir integrado.

La campana ha sonado. No quiero interferir más en su horario establecido, y me despido de ELLA (así, con mayúsculas), quien entrecierra sus ojos tratando de revivir épocas pasadas, y termina diciéndome: "Yo no tengo, dijéramos, una expresión elocuente, ni facilidad de palabra, pero le hablé con el corazón". ELLA es María Sánchez.

25 Junio/1986

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