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Foto del escritorLuz Marcela Vera

Akram Saab - Yo fotografío para acariciar a mi país

Actualizado: 20 dic 2020

Tomar fotografías es fácil. Pero aplicar este arte descubriendo sucesos, cosas, personas; transmitiendo un lenguaje de sentimientos al presentarlos a la vista de otros fundiendo los principios de la ciencia y el arte, sólo unos pocos en este arte que hoy forma parte de su vida.

Entre ellos está el mexicano Akram Saab, fotógrafo reconocido por la belleza, calidad y profesionalismo que ha sabido imprimir en este arte, que hoy forma parte de su vida.


LA FOTOGRAFIA NO ES REALISTA

"Decirte en qué etapa está mi obra, Luz Márcela, yo creo que es muy difícil", explica cruzando su pierna, algo inquieto, pero con un tono autoritario, tranquilo. "De la manera más imparcial que se pudiera, yo te diría que estoy en una etapa de búsqueda, porque yo siempre estoy en la búsqueda, aunque la temática se repite frecuentemente en mi obra. Estoy muy interesado en los juegos de claros, en una especie de cubismo en la fotografía. Creo que el fotógrafo es nómada por naturaleza. Es decir, los fotógrafos fotografiamos de todo y en movimiento. A diferencia del pintor, que trabaja en su estudio.

Una particularidad de la fotografía es que su valor depende de cómo la editemos, de cómo seleccionemos el material al imprimir. Fotografiamos muy distinto de como vemos".

LM.- Akram, ¿el fotógrafo debe recrear la atmósfera que quiere captar en una fotografía, o debe aprovechar la atmósfera existente en un momento dado?

AS.- La atmósfera está en los lugares, pero recrearla no es tan fácil. Se habla por ejemplo del realismo de la fotografía, pero yo creo que no se fotografía la realidad.

Si empezamos por algo muy elemental, la fotografía en blanco y negro no tiene realismo, porque la realidad se nos presenta en múltiples colores. Sí hay, definitivamente, una base, un sustento que da el objeto mismo, a diferencia de la pintura, en donde yo puedo inventar totalmente la imagen. -Y mostrando la línea de sus alineados dientes en un gesto sonriente, continua: La fotografía es de algo que está ahí, y el trabajo de uno empieza al elegir desde dónde lo voy a tomar. Entonces si se trata de recrear o de conferir una atmósfera, hay que tomar en cuenta que el sentido del espacio se modifica por la perspectiva, por los colores, por la composición y el proporcionamiento de los objetos de la fotografía..."

EL BLANCO, EL NEGRO Y EL COLOR

Acompañado de su pipa, la cual aprisiona con su mano la mayor parte del tiempo, preparándola sólo para llevarla pocas veces a sus labios sombreados por un obscuro bigote y por una barba fuerte, partida por una línea natural, Akram Saab, seguro de sí mismo, habla sobre el blanco, el negro y el color: "La fotografía empezó en blanco y negro por las dificultades para recrear el color. El advenimiento del color fue un logro.

Aunque en realidad se trata de géneros distintos, como lo son la poesía y la novela dentro de la literatura. Cada uno tiene sus dificultades propias. La fotografía en color es más comercial y se utiliza mucho en el trabajo publicitario.

Las primeras fotografías en color se hicieron en el siglo pasado. Y se consideraba sólo como un auxiliar de otras áreas, y no como un arte autónomo. En estos días, el trabajo en blanco y negro es más caro que el de color, y es cada vez un trabajo más artesanal.

Yo recuerdo, por ejemplo, que el Primer Coloquio Latinoamericano Fotográfico, que se presentó en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, y que entre paréntesis fue una de las mejores exposiciones que ha habido en el mundo, los trabajos que se presentaron en color fueron los mínimos.

México causó enorme sorpresa por el lugar tan importante que ocupó en esta reunión”.

LM.- ¿Pero por qué había ese rechazo al color?

AS.- Todavía hay mucha gente que piensa que el trabajo artístico es el que se hace en blanco y negro.

Entonces fue una lucha cuesta arriba para que se empezara a valorar el color. Uno de los pocos que presentaron realmente color en el Coloquio, fue Brasil, que tiene una enorme cantidad de fotógrafos excelsos que manejan el color de una manera muy peculiar.

Su color es vibrante, saturado.

El contraste es fuerte. A diferencia del europeo, que es más suave en general, porque también su medio es de una luz más suave.

LM.- ¡¡Pero México es color!!

AS.- Aquí estamos rodeados de colores -exclama Akram llenando de luz sus ojos verdes- Yo vivo de él. Para mí el color vivo es mi medio. Lo vivo todos los días en todos lados. De hecho, yo no hago fotografías, yo me las encuentro.

Expreso mi medio mexicano, el verde brillante, el rosa mexicano, puestos en armonías muchas veces insólitas. Eso es lo que yo tengo a la mano y es lo que me gusta. Es mi medio el que me educa y me está pidiendo que lo vea. México ha dado extraordinarios fotógrafos a nivel mundial, como Álvarez Bravo.

LO QUE EL OJO NO VE

Puertas, ventanas viejas, herrajes, muros descarapelados. Una atmósfera muda, pero manipulada por la fotografía de Akram, tratando de rescatarla.,. de descubrir la belleza que siempre han tenido.

LM.- Cuando tomas una fotografía, ¿la estás capturando? Te estás robando la imagen...

AS.- ¡Qué bonito! Sí, uno se va apropiando de las cosas. México es un país para enamorarse, y es muy natural que celes las cosas que quieres. Yo fotografío para acariciar a mi país. Pero a la vez dejando un pedazo de ti mismo en cada toma.

LM.- Dime, Akram, ¿nuestros ojos son realmente cámaras fotográficas?

AS.- Me gusta que me digas eso. Me parece encantador por varias razones. El funcionamiento de la cámara sí tiene su principio en la óptica del ojo. Es decir, podemos sustituir la retina por el lente...

Nuestro enfoque se hace por el movimiento del cristalino... En fin, su funcionamiento es el mismo.

Marshall Mac Luhan dice que la cámara fotográfica es una herramienta que le permite al hombre ver cosas que su ojo no ve; es decir, una extensión del ojo. Cosa que es cierta, pero aquí viene la paradoja, porque la fotografía se haría en el cerebro y no en la retina.

En la retina se forma la imagen, pero además se hace de cabeza.

Entonces realmente el procedimiento se verifica en el cerebro, y ahí entra todo el juego de la percepción, que hay que entender mecánicamente por así decirlo...

Para seguir conociendo a Akram Saab, se necesita ver su obra que ha sido tan elogiada y respetada por conocedores en este ramo.

Pero, aun así, su sencillez se pone de relieve al declarar sinceramente:

"Si hay un reconocimiento como fotógrafo, prefiero el reconocimiento como persona. Independientemente de la satisfacción de lo que he logrado".

Al despedirnos, fijo en una placa de mi cerebro impresionable a la luz obtenida por mi cámara, unos ojos, una pipa, un hombre, en una atmósfera de tonos reales, sin retoque.

Es la fotografía de Akram Saab.

22 Mayo/1988

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